El presidente Enrique Peña Nieto concedió una entrevista televisiva a Denisse Maerker en el noticiero En Punto, donde hizo un balance de su gobierno, defendió las decisiones que tomó a lo largo de él y deseó suerte al próximo mandatario, Andrés Manuel López Obrador.

En la charla negó que su gobierno se haya replegado luego de las elecciones y señaló que esa impresión se debe a que los medios de comunicación han dado prioridad a la agenda del presidente entrante.

Respecto al tabasqueño, aseguró que no lo conocía, pero que en esta temporada le ha dado una buena impresión. “Efectivamente yo no lo conocía, las únicas dos veces que lo había visto había sido en los debates, pero me cayó bien, es evidente que tenemos visiones diferenciadas, pero también estoy convencido de que quien llega, llega con la convicción de servir al país”.

Al tocar el tema de Elba Esther Gordillo rechazó que su encarcelamiento se tratara de un tema político. Aceptó las diferencias que tuvieron en temas de educación, pero dijo “eso no tiene nada que ver con la acusación, con evidencia aportada por el propio sindicato y por la Secretaría de Hacienda”.

A la pregunta expresa de si AMLO le pidió liberar a la maestra, Peña Nieto respondió: “a mí no me correspondió ni detenerla, ni mantenerla en la cárcel ni liberarla, esa es una decisión del juez… a veces esperan que el presidente tenga todos los hilos de la información, pero no es así”.

Sobre la derrota de su partido, aseguró que se debió al desgaste de su gobierno y a decisiones impopulares, pero necesarias, como las reformas estructurales y el aumento en el precio de las gasolinas. “En el mundo hay un desgaste de las expresiones políticas tradicionales. En esta elección no sólo perdió el PRI, perdieron los partidos tradicionales… Cuando haces cambios profundos que trastocan intereses o un orden dado, por supuesto que generan desgaste. Como el aumento del precio a la gasolina, que era una decisión más que impopular, pero que era necesaria, indispensable y había tomarla”.

Sin embargo, “las decisiones que tomó mi administración y que asumo la responsabilidad eran y son para el bien de México”.

Reconoció que hubo fallas, errores e insuficiencias, y puso como ejemplo el tema de la inseguridad. Mencionó que de la mitad del sexenio a la fecha no fue posible tener una buena coordinación con los nuevos gobiernos estatales, lo que provocó pocos logros en la materia, pues los carteles de la droga se siguen expandiendo a la par de que los mercados siguen teniendo una amplia demanda.

Al hablar de corrupción, el presidente negó haber restado importancia al tema. Señaló que hubo “un fortalecimiento institucional para realmente crear un marco legal que permita o contribuya realmente a cerrar espacios a la corrupción”. Sin embargo, aceptó que la corrupción permeó dentro del PRI y el resto de los institutos políticos. “Nunca menosprecié el tema… le di suficiente importancia y relevancia”, afirmó.

El Ejecutivo Federal consideró que las reformas estructurales fueron su mayor acierto, “poder concretar los cambios que México tenía diagnosticados; la necesidad de hacer cambios legales profundos, constitucionales, en el sector energético, de las telecomunicaciones, educativo, en materia de competencia, en el tema hacendario, que no se habían podido lograr. Para mí es el legado más importante, porque la maduración de esas reformas se va a traducir en mayor crecimiento económico, generación de mayores oportunidades para los mexicanos”.

Por otra parte, mencionó que el error más grande fue no ser claro con temas polémicos, como la Casa Blanca y lamentó haber involucrado a su esposa en la explicación del tema.

Sobre el caso Ayotzinapa, reconoció que fue un evento que marcó su administración: “me queda de ese evento la pena que embarga a los padres, el dolor que han tenido todos estos años, espero que recuperen paz y tranquilidad (…) Yo me quedo con la convicción de que muy lamentablemente el crimen organizado tuvo que ver en la desaparición y en lo que hayan sido quemados en este basurero”, añadió Peña Nieto.

Aprovechó para pedir “perdón por los desaciertos, por los errores, por las fallas, por la insuficiencia en varias explicaciones, y sobre todo, si a alguien agravie, si a alguien lastimé, le pido una disculpa”.

Aseveró que al terminar su gestión se retirará de la vida política: “me tomaré un tiempo después del primero de diciembre para pensar, repensar y volver a pensar el nuevo orden de lo que será mi vida personal y ser muy respetuoso del nuevo gobierno”.