Estados Unidos aplicó sanciones contra el gobierno nicaragüense, en apoyo a los grupos opositores que buscan presionar a Daniel Ortega a que adelante elecciones para el próximo año. La Casa Blanca advirtió que esta es sólo la primera fase de medidas punitivas encaminadas a evitar que el mandatario centroamericano suspenda la violencia y los abusos contra los derechos humanos cometidos contra su población.

Washington congeló activos de tres altos funcionarios acusados de violar derechos humanos. También suspendió la venta de equipos para las fuerzas policiales, a fin de que éstas no sean usadas contra la población. De igual forma, requisó los vehículos donados a la corporación de seguridad tras haber descubierto que éstas los usaban para reprimir a los manifestantes.

Donald Trump condicionó el levantamiento de estas medidas al adelanto de los comicios para 2019, aunque Ortega tenga que permanecer en el poder hasta el 2021. Sin embargo, el mandatario nicaragüense rechazó la propuesta en una entrevista concedida a la cadena televisiva Fox News, argumentando que sólo generaría mayor inestabilidad en el país.

Entre otras cosas, los manifestantes exigen nuevas elecciones aduciendo que las anteriores fueron fraudulentas. “Estas demandas se han encontrado con violencia indiscriminada, con más de 350 muertos, miles de heridos y cientos de ciudadanos falsamente calificados de ‘golpistas’ y ‘terroristas’ que han sido encarcelados, torturados o han desaparecido “, denunció la Administración.

Mientras tanto, los legisladores estadounidenses intensificaron sus gestiones para aumentar las presiones contra Ortega, a quien le exigen que deje a un lado la violencia y libere a los detenidos injustamente o de lo contrario se enfrentará a sanciones más duras contra su administración.

Nicaragua llega a su cuarto mes de conflictos ocasionados por el recorte de las pensiones con la intención de capitalizar las instituciones de prestaciones sociales del país. La Organización de Estados Americanos hizo un llamado a Ortega a someter su presidencia a una nueva votación que permita legitimarlo, pero éste lo ha rechazado.