Elba Esther Gordillo representa lo peor de este país en educación, como maestra, como dirigente, echó a perder un montón de cosas, de proyectos. Era la dueña, la jefa del Sindicato Nacional de Trabajadores del Estado (SNTE), un verdadero cacique sindical, ratifica Carlos Ornelas, experto en materia educativa.

“Tenía varias camarillas en los estados que controlaban todo, ellos colonizaron el gobierno de la educación básica, eran los jefes, eran quienes mandaban, ponían o quitaban maestros, administraban su trayectoria, decían quiénes sí o quiénes no podían vender o heredar su plaza y cobraban a la gente para que entrara en el sistema educativo, era un esquema de corrupción terrible”, recuerda.

Estaban “en el gobierno de la educación básica y la cereza del pastel era Fernando González Sánchez, el yerno de Gordillo y subsecretario de Educación Básica de la Secretaría de Educación Pública (SEP) en el sexenio de Felipe Calderón, cuando mayor corrupción se dio, está documentado por periodistas como Arturo Cano y Alberto Aguirre o Ricardo Raphael; sus canonjías, las empresas que manejaban, todos los viajes que hacían en esa subsecretaría eran a través de la misma agencia en donde la señora era accionista, todo los eventos que hacía esa Subsecretaria y el SNTE eran en los hoteles Meliá, porque la señora era accionista de esa cadena hotelera, dinero por todas partes”.

Por esto y más Carlos Ornelas considera que “sería terrible para la educación que la señora Gordillo regresara para vengarse de Enrique Peña Nieto que la metió en la cárcel y que tuvo la desgracia de tener una Procuraduría General de la República (PGR) estúpida y un Sistema de Administración Tributario (SAT) que no supo hacer las cosas correctamente cuando había realmente mucha tela de donde cortar”.

“Cuando —agrega— no forzó a Juan Díaz de la Torre para que acusara a la dirigente magisterial de fraude, pues se incriminaba a sí mismo, porque se supone, aunque él lo niegue, esto se documentó, que él, junto con el comisionado de finanzas que es el exmarido de Gordillo —Francisco Arriola—, firmaban mensualmente cheques por siete millones de pesos que pasaban a la cuenta de la maestra, por tanto si él metía una demanda por la desviación de 1,978 millones, 393,241 pesos (casi dos mil millones de pesos), se incriminaba, por eso nunca lo hizo”.

Aquí, Ornelas hace un paréntesis para indicar que Juan Díaz de la Torre solo durará al frente del SNTE hasta mediados de 2019, porque si bien es cierto que el presidente electo declaró que será respetuoso de la vida interna de los sindicatos, habrá un movimiento para quitarlo de ahí y no será una gente de Gordillo ni de la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación (CNTE) quien vaya a dirigirlo, será alguien de Morena, cercano a Andrés Manuel López Obrador.

 

Es noticia y lo aprovecha

Afirma que “al gobierno de López Obrador no le conviene que Elba Esther Gordillo toque el pandero, porque provocará división en lugar de la unidad del sindicato, que es lo que quiere el presidente electo. La señora es definitivamente inaceptable para la Coordinadora. Ellos fueron aliados leales de Andrés Manuel desde siempre, en sus tres campañas”.

Asegura que “si bien es cierto que Gordillo se alineó y lo apoyó en esta campaña, también López Obrador sabe que la mayor parte de los maestros votaron por él por sus propuestas, porque se sentían agraviados y no porque ella les haya dicho: voten por mí y por Andrés Manuel que me liberará”.

Ese es el asunto —explica—: “está turbio, quiere regresar, seguir provocando ruido, pues ella sabe que es noticia y lo aprovecha muy bien, tiene un instinto fantástico, por eso su mensaje de que es inocente y quiere regresar fue este día —20 de agosto—, en la inauguración del nuevo ciclo escolar; el mensaje del presidente pasó inadvertido, incluso si se miden las entradas en redes sociales, en Twitter por ejemplo, tiene más vistas su declaración que la conferencia de prensa conjunta de López Obrador, presidente electo, y Peña Nieto, presidente constitucional, a pesar de que aceptaron preguntas, fue una hora y también se refirieron a la señora Gordillo”.

Aunque el experto en materia educativa asegura que “la maestra” ya no tiene la misma fuerza de antes, “hay mucho de blof, incluso Maestros por México, que piden su reinstalación en el SNTE, es una asociación civil que formaron sus vicarios, quienes eran secretarios generales seccionales y el secretario general del sindicato cuando ella era la jefa, Tomás Vázquez Vigil, Alberto Hernández Meneses, de la sección 36 y otros dirigentes eran quienes tocaban el pandero, pero que fueron desplazados por el grupo de Juan Díaz de la Torre”.

“Ellos —continúa— siguen siendo leales a la señora Gordillo, pero no tienen palancas de poder, ya no manejan el presupuesto, no tienen forma de ofrecer puestos, canonjías, de movilizar gente, porque ya no tienen la estructura, bueno tampoco Juan Díaz de la Torre, porque el gobierno de Peña Nieto le quitó comisionados, recursos y está muy disminuido”.

La hipótesis de Ornelas es: “Peña Nieto se irá, pero no regresará la señora Gordillo, solo es mediática, ella lo sabe, por eso estamos hablando de ella, tiene mucha intuición, tiene ganas de regresar, pero no lo creo. Al país no le conviene que regrese y mucho menos al gobierno entrante de Andrés Manuel López Obrador, porque sería contraproducente para sus propósitos, no la necesita para cambiar la ley”.

Sin Gordillo se puede echar atrás la reforma educativa

En opinión del académico de la Universidad Autónoma Metropolitana. Unidad Xochimilco, “López Obrador no necesita a Elba Esther para echar atrás, como propone, la reforma educativa, primero, y segundo habrá cambios, pero no serán radicales, los cambios que propondrá no son por completo, no modificará la Constitución, pero sí la Ley General del Servicio Profesional Docente (LGSPD): disminuirá el peso de la evaluación, pero no se acabará la evaluación; tratará de disminuir la autonomía del Instituto Nacional para la Evaluación de la Educación (INEE), sin embargo no querrá acabar con él, estaría mal visto en el ambiente internacional”.

Explica que esto se fundamenta cuando designan por anticipado a Gilberto Guevara Niebla como encargado de la Equidad para la Educación, lo que es la educación básica en el futuro gobierno lópezobradorista, es un mensaje a los sindicatos.

“Guevara Niebla ha sido un claro opositor y crítico feroz de la Coordinadora, pero también de la otra parte, del SNTE y de Elba Esther Gordillo. Además se distingue por haber sido un defensor, tal vez, el defensor con la pluma más fiel que tuvo el proceso de reforma, sus artículos en los periódicos La Crónica, Milenio, en algunos otros medios de vez en cuando y en su libro: Poder para el maestro, poder para la escuela, que es una defensa cerrada, como dicen en el futbol, de la reforma educativa, él irá en ese sentido, no renunciará a todo eso”, asegura.

El doctor en educación por la Universidad de Stanford afirma que estos “son mensajes que envía el presidente electo para que quede claro que será él quien gobernará en la educación, y ahí está Esteban Moctezuma y ya está Gilberto Guevara, así como otra gente que ya escogió, porque López Obrador sabe que si le da campo a Elba Esther Gordillo opacará la acción y la palabra de Esteban Moctezuma”.

En caso dado, que lo dudo, que López Obrador la pusiera en algún cargo, “bajo su cobija protectora, estaría también arriesgándose al desprestigio social, porque la señora Gordillo es el paradigma de la corrupción de este país. Eso de que su fortuna es heredada de su mamá, que fue maestra rural, es para verdaderos creyentes, eso no se lo cree nadie, entonces si la protege su discurso anticorrupción estaría en entredicho”.

Además de que, reitera, “definitivamente la reforma educativa no irá para atrás, en lo que se concentrará el gobierno entrante es en modificar el servicio profesional docente, repudiará el nombre de nuevo modelo educativo, pero si se lee con cuidado la declaración que hizo Andrés Manuel López Obrador, está diciendo lo mismo que el modelo, queremos una educación pro democracia donde los niños aprendan, los maestros trabajen bien, se les respete, es lo mismo que dice el modelo, claro, pero lo haremos consultando antes a los maestros y los maestros coincidirán con la opinión de López Obrador, así de fácil”.

Carlos Ornelas.

Los privilegios no regresarán

Aunque Carlos Ornelas reconoce que hubo errores en la reforma educativa por los tiempos legislativos, por razones políticas, porque en este país los gobiernos duran seis años, “había que hacer todo con rapidez y se cometieron errores, se centró mucho en la cuestión del servicio profesional docente, hubo excesos en la evaluación”.

Agrega que “la SEP, el gobierno en su conjunto, fue incapaz de mencionar la parte bondadosa de la reforma y la Coordinadora, una vez que Elba Esther estuvo en la cárcel, fue muy eficaz como opositora en plantear que era una reforma laboral, nada más, y no educativa. Aunque es cierto, era una reforma administrativa y laboral para tratar de mejorar la educación, así lo dice el Pacto por México, no mintieron, el pacto dice: vamos a promover una reforma administrativa y laboral con el fin de elevar la calidad, crecer y recuperar la rectoría de la educación”.

“Había —dice— conciencia de que el sindicato mandaba, entonces se crea el Sistema Integral de Información y Gestión Educativa, una fuente de información, se acaba la FAE —Fundación para la Asistencia Educativa—, que era un barril sin fondo según lo documentaba año con año la Auditoría Superior de la Federación (ASF)”. Se crea el FONE —Fondo de Aportación para la Nómina Educativa y Gasto Operativo— administrado por la SEP y Hacienda, se recentraliza el pago de la nómina”.

Además, “se retiraron más de 30 mil comisionados al sindicato, se retiraron 15 mil plazas a gobiernos de los estados que eran plazas de maestros que las ocupaban personas trabajando como burócratas para la Secretaría de Educación y alrededor de 39 mil aviadores que nadie sabe qué paso, quiénes eran, dónde estaban, claro alguna gente sí lo debe saber pero es un secreto de Estado”, señala.

Ornelas señala que “en abril de 2014, cuando dieron a conocer el censo escolar, se descubrió que cerca de 60 mil maestros difuntos, seguían cobrando. Todo eso es producto de que el gobierno no gobernaba, hoy tiene esa posibilidad la nueva administración de tener la rectoría de la educación, que es parte sustantiva de la reforma. Es lo que López Obrador no echará para atrás, ni quiere, ni le conviene, ni a él ni al país”.

“Maquiavelo dice: el príncipe que no tiene información y quien no controla los recursos está perdido, y López Obrador tiene una vocación de poder a todo prueba, una campaña de 20 años para llegar a donde está y lo que le espera, no creo que lo quiera compartir con la señora Gordillo. Esto lo veremos pronto claro, es muy cauto al decir que respeta su participación, pero no le permitirá que regrese a controlar el magisterio”, afirma el académico.

El profesor e investigador de la UAM considera que ya veremos si vamos rumbo a la calidad y la excelencia educativa con el nuevo modelo educativo en México que se echó a andar el pasado 20 de agosto, “tiene activos, pero no es tan fácil, no es un invento, tiene fundamentos teóricos sólidos, sí bien es cierto llegó tarde, el gobierno no gobierna en el contexto, las condiciones materiales son cambiantes, influye todo, las cuestiones internacionales, nacionales, los desastres naturales, todo”.

Por eso advierte que con López Obrador no habrá un escenario mejor, “porque el contexto sigue siendo voluble, es impredecible, los chinos están interviniendo cada vez más con una política internacional muy agresiva, el contexto político es cambiante, ahora López Obrador está en la cresta, es muy popular, la gente cree, tiene esperanzas, hay muchas expectativas, pero también cuando esas expectativas no se puedan cumplir, y no porque no quiera, sino porque será difícil que las cumpla, empezará a tener problemas y dejará de ser tan carismático, el carisma también se desgasta, por eso esperemos que lo que suceda con la reforma educativa no sea para mal”.