Con la clara idea de que la tarea es dignificar la imagen del Poder Legislativo, Porfirio Muñoz Ledo, quien se perfila a presidir la Cámara de Diputados, asegura que para lograr un cambio democrático es necesario renovarlo para hacerlo republicano, austero, eficiente, con gran participación de la sociedad para lograr que se convierta en un parlamento abierto.

En entrevista con El Universal, explica que un “parlamento abierto es fundamental, como hicimos en la Ciudad de México, con participación de la sociedad en todos los actos de proceso legislativo, no habría una sola reunión que fuera privada”.

Por otra parte, señala que para lograr los cambios necesarios se promoverá el recorte al gasto corriente del 40% con lo que se daría una reducción de 3 mil 375 millones de pesos, además de reducir viajes, gastos de avión, cancelar contratos de consultores externos, llevar al mínimo el número de asesores.

Muñoz Ledo dice que a fin de terminar con el imperio de “mochelandia”, se pasará de 56 comisiones ordinarias que se tienen a la actualidad a 40, tanto en la Cámara de Diputados como en el Senado, pues debe haber comisiones semejantes para trabajar en conferencia, además de que no habrá más de 10 comisiones especiales.

“Hay que fortalecer ciertas comisiones bicamerales, por ejemplo, la del Canal del Congreso, que debe ser Canal del Congreso y abarcar telecomunicaciones, redes sociales, todo. Bibliotecas, que no las usa nadie, Diplomacia Parlamentaria, y la de Seguridad Nacional. Lo otro es que hay que modificar el funcionamiento”.

Aunque acepta que en cualquier democracia existen riesgos, asegura que hay las garantías políticas, públicas y directas de López Obrador de que no intervendrá en las funciones de la Cámara y sobre todo que no existirán los fueros ni los privilegios.

“Algo en lo que la gente se equivoca es que Andrés acepta el ‘no’, es un hombre de razón. Qué Andrés no escucha, eso no es cierto, en corto escucha, oye y rectifica cuando es de buena fe. Algunos disidentes del PRD le hicieron fama de que era muy autoritario, los grades, ya sabes a quién me refiero, que era dictador. Eso es falso”.

Luego de anunciar que esta será su última función pública que desempeñara, afirma que se mantendrá un trato cordial y democrático con las demás fuerzas políticas en el que predominará la naturaleza del mandato, “podemos negociar y no habrá problema, yo siempre he tenido ese papel de cumplir con mis deberes con gran respeto a Andrés Manuel”.