Muchos tendrán razón algún día.

Pero será la razón de la sinrazón

que tengo hoy.

Su risa es un regulador

de la demencia universal

Karl Kraus

José María Pérez Gay (Ciudad de México, 1944-2013), académico y diplomático, traductor y escritor, estudió en la Universidad Iberoamericana la licenciatura en Ciencias y Técnicas de la Información, obtuvo el doctorado en Filosofía Germana en la Universidad Libre de Berlín. Fue traductor de las obras de Paul Celan, Johann Wolfgang von Goethe, Jürgen Habermas, Thomas Mann, Immanuel Kant, Franz Kafka, Karl Kraus, Hermann Broch, por nombrar algunos. Vivió 15 años en Alemania. Fundador y director del canal 22, profesor en la Facultad de Ciencias Políticas de la Universidad Nacional Autónoma de México en el área de posgrado, recibió la Orden de la Gran Cruz al Mérito por el Gobierno de la República Federal de Alemania, 1992. Con este preámbulo breve del embajador Pérez Gay nos indican su vehemente pasión por las letras alemanas.

¿Qué representó para José María Pérez Gay redescubrir esa atrocidad alemana a través de su erudición y cavilación ante una civilización moderna sellada por la crueldad, el exterminio, una guerra que se agrandó por años? ¿De qué manera se transformó en lector sagaz del filósofo de la Alemania de la posguerra Peter Sloterdijk?, autor del libro Crítica de la razón cínica donde atestigua cómo la conciencia actual tomó seriedad de sí, en la actualidad contemporánea que lo hace sobresalir con una conciencia atenta.

Sloterdijk, lejos de esa filosofía académica con su libro retó al tiempo que le tocó vivir con una escritura perspicaz de aquella retórica clásica y cerrada, entrelazó lo filosófico y literario, dos armas con un objetivo: repensar el presente. Esta capacidad de exigencia intelectual, es decir, ahondar esa “ontología de nosotros mismos” eran las lecturas de Pérez Gay fundamentalmente, no debemos olvidar su estancia en el continente antiguo que vivió acontecimientos trascendentales históricos, sociológicos, políticos y culturales en su estancia. Un panorama de aquel siglo XX que muestra a una Alemania devorada que confirmará el mismo poeta de origen rumano judío Paul Celan con su cabal poema Fuga de Muerte como leemos aquí algunos fragmentos en la traducción de David Paradela en la antología Lecturas sobre Paul Celan: “Leche negra del alba la bebemos de tarde/ la bebemos temprano y en medio del día la bebemos de noche/ bebemos bebemos…/ Una fosa en el aire cavamos donde holgados yacer/ Vive un hombre en la casa que juega con sierpes y escribe/ que escribe en la noche a Alemania tu cabello de oro Margarita/ eso escribe y sale de casa y un fulgor de fuego de estrellas de un silbido convoca a sus perros/ a sus judíos con silbos congrega y les hace cavar una fosa en la tierra/ nos ordena tocar para un baile”.

Leemos con asombro afligido una fuerte descompostura humana, esa barbarie viviente que el doctor Pérez Gay manifiesta a través de sus análisis, ese mal que vivió la Alemania transformado en un comportamiento inhumano del Ser. El punto cardinal de futuros ensayos para nuestro escritor lo reafirmaría con El imperio perdido, un libro acentuado por la caída del imperio austrohúngaro donde podemos analizar sus vidas y obras de Hermann Broch, Karl Kraus… por mencionar algunos escritores. Advertimos en nuestra asimilación narrativas trazadas con aristas históricas, filosóficas, políticas para lidiar una expiación de orfandad del mundo. Confirmarían una premisa del afamado libro de Sloterdijk Crítica de la razón cínica aseverándonos el disgusto permeado de aniquilación y hondo cinismo, a su vez Pérez Gay reafirmó con estilo propio una escritura más guiada al arte, filología, historia y político para desentrañar su redención humana.

Tu nombre en el silencio es otra de sus fructificas novelas que penetra esas crónicas y tempestades del Yo. Con nítida madurez su protagonista Ernesto Cardona, un mexicano que estudia becado en la Universidad Libre de Berlín y trabaja en la embajada de México en Bonn se descubre inmediatamente que es una parte biográfica sin olvidar el transfondo medular de la Alemania nazi focalizando Tu nombre en el silencio al origen ácido a las discrepancias políticas de años atrás que sellaron la historia de Occidente. Ese retorno de las épocas terroríficas, el Berlín Occidental del celo y la punición el alma geográfica de la guerra fría, a esto apuntó Gottfried Keller “La verdad no se nos escapará”, tampoco para nuestro diplomático Pérez Gay afila con su narrativa la verdad a flor de piel, en cada detalle vedado resucita el extravío de la Alemania del siglo XX.

José María Pérez Gay un filósofo que sabe llevar los temas huidizos a un análisis de esa posverdad antes impensable, es decir, no sólo leemos la verdad a medios tonos por otra verdad entre líneas con motivos de nostalgia, ironía, no, es el trasfondo de sucesos tangibles.

No hay gentilezas entre los grandes y los pequeños, comparten una verdad de lo que tuvo lugar alguna vez y debe darse por perdido para la historia. Sólo la humanidad eximida se le ha revertido citable su pretérito como en cada uno de sus tiempos. Articular históricamente el pasado no significa conocerlo tal como verdaderamente fue, significa apoderarse de un recuerdo tal como éste relumbró en un instante de peligro. Vuelvo a citar a Karl Kraus “El origen es la meta”. La historia, un centro de reconstrucción cuyo lugar no es el tiempo análogo y vacío sino el Tiempo del Ahora, es un continuum de la historia.

Tu nombre en el silencio narra la historia de tres latinoamericanos: un brasileño, un colombiano y un mexicano que cumplen estudios de posgrado en la República Federal Alemana en la década de los setenta, quienes descubren una civilización germana frívola por lo que desean involucrarse en participar en organizaciones opositoras dentro del campus universitario con otros estudiantes, así podrán expresar sus preocupaciones e ideologías convirtiéndose en noveles críticos.