“Es momento de que México inicie una nueva etapa y ponga fin a la angustia sin tregua que han enfrentado las miles de víctimas de desapariciones en el país”, afirmó Jan Jarab, representante de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos (ONU-DH) en México.

En el marco del Día Internacional de las Víctimas de Desapariciones Forzadas, conmemorado a nivel mundial cada 30 de agosto,  la Oficina en México del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos, llamó al próximo gobierno,  que encabezará Andrés Manuel López Obrador, a marcar un punto de quiebre y romper “la trágica historia de dolor” que ha acompañado a las víctimas de desaparición en México.

Jarab aseguró que existen señales por parte de la nueva administración que muestran que este flagelo será prioritario, para lo que propuso algunas medidas como la implementación efectiva de la ley general en la materia; así como buscar de manera apropiada a las personas desaparecidas, garantizar la atención y reparación a las víctimas, adoptar medidas efectivas de no repetición y desarrollar políticas contra el olvido.

Aunque destacó la necesidad de que el gobierno entrante adopte un plan de implementación de la ley general, dote de recursos suficientes a las instancias encargadas de su cumplimiento y fortalezca las capacidades de investigación criminal, la prestación de servicios periciales y forenses y brinde asistencia a las víctimas.

El representante de la ONU-DH en México indicó que nuestro país debe profundizar su apertura al escrutinio y asistencia internacional, por eso debe aceptar la competencia del Comité contra la Desaparición Forzada de Personas de la ONU para recibir comunicaciones individuales y permitir la visita al país del Comité, solicitada desde 2013.

Asimismo pidió al Estado mexicano fortalecer su relación con el sistema interamericano de derechos humanos, favorecer el trabajo del mecanismos de seguimiento de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos y cumplir plenamente con las  sentencias de la Corte Interamericana en materia de desaparición.

La ONU señala que “la desaparición forzada se ha convertido en un problema mundial que no afecta únicamente a una región concreta del mundo. Las desapariciones forzadas, que en su día fueron principalmente el producto de las dictaduras militares, pueden perpetrarse hoy día en situaciones complejas de conflicto interno, especialmente como método de represión política de los oponentes”.

De acuerdo a datos de Amnistía Internacional en este 2018 se calcula que más de 37 mil personas están desaparecidas.

(Con información de Milenio y ONU)