Durante el 2017, los recursos de los 10 mexicanos más ricos equivalían al total de ingresos del 50 por ciento de los más pobres, es decir, de casi 60 millones de personas, dio a conocer el rector de la UNAM, Enrique Graue Wiechers, al presentar en la universidad  el informe “La ineficacia de la desigualdad”, elaborado por la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL).

En el reporte se analizan y se miden los efectos de la falta de acceso a la salud, la educación, los ingresos y de la discriminación por género o condición étnico-racial en una de las regiones más desiguales del mundo.

Aseveró que los principales malestares de la sociedad provienen de esta inequidad, por lo que es urgente combatirla. “Al crecer la pobreza y acrecentarse la brecha de desigualdad, las oportunidades escasean, la desesperanza crece; se generan tensiones sociales y con ello inseguridad. La cultura del privilegio alimenta la corrupción y las carencias de los satisfactores sociales conllevan a un deterioro ambiental”, sostuvo.

Ante la secretaria ejecutiva de la CEPAL, Alicia Bárcena, el rector afirmó que el documento refleja la “lacerante desigualdad”, que es como un monstruo que se alimenta a sí mismo, “y si no la combatimos, nos destruirá por su propia ineficiencia”.

Por su parte, Barcena explicó que el documento propone una nueva generación de políticas fiscales con énfasis en el gasto público, pero sobre todo, en el combate a la evasión fiscal y los fondos ilícitos, estableciendo la igualdad como un valor fundamental.

Manifestó que la desigualdad en la región es, además de injusta e ineficiente, insostenible, pues inhibe el desarrollo, la productividad y la innovación y “lleva a su máxima consecuencia la cultura del privilegio que naturaliza las desigualdades, lo que es inaceptable”.

Para Barcena la cultura de los privilegios, que afecta principalmente a la mujer, pero castiga también la pertenencia de clase, etnia y género.

En México, las recomendaciones de la CEPAL son más que pertinentes, expresó el director de la Facultad de Economía, Eduardo Vega, pues el país ha tenido un crecimiento económico insuficiente y desarticulado.

En 2002, por ejemplo, la fortuna de los cuatro mexicanos más ricos representaba el dos por ciento del producto interno bruto (PIB), para el 2014 ascendió al nueve por ciento.