Las cosas se complican para el gobierno de Daniel Ortega. Este miércoles, fue señalado por la Organización de las Naciones Unidas de violar derechos humanos en la crisis política desatada hace cuatro meses por protestas masivas contra por la reforma del sistema de pensiones, misma que ha cobrado la vida de más de 300 personas y 2 mil heridas.

El Consejo de Derechos Humanos de la ONU denunció que las manifestaciones contra Ortega han sido reprimidas con brutalidad, donde la policía ha realizado ejecuciones extrajudiciales, y facilitando refuerzos a grupos armados “leales al gobierno”, que fomentan desapariciones, detenciones arbitrarias mediante tortura y hasta violencia sexual en muchos de los centros de detención.

El organismo internacional responsabilizó a las autoridades y a la comunidad internacional de hacerse de la vista gorda ante esta situación, la cual ha disparado el éxodo de nicaragüenses a países vecinos.

“La represión y las represalias contra los manifestantes continúan mientras el mundo ignora deliberadamente lo que pasa en ese país”, señaló el alto comisionado de Derechos Humano de la ONU, Zeid Ra’ad al-Hussein, quien además propuso la creación de una comisión internacional de investigación o verdad para evitar que la situación empeore. “La violencia y la impunidad de los últimos cuatro meses han puesto de relieve la fragilidad de las instituciones del país y del estado de derecho, y han generado un contexto de miedo y desconfianza”, agregó.

Zeid señaló que cuenta con testimonios de que los detenidos en las manifestaciones antigubernamentales han sido torturados con pistolas Taser, envueltos en alambre de púas, los han golpeado con puños y tubos y han practicado en ellos, técnicas de estrangulamiento. “Algunas mujeres han sido víctimas de violencia sexual, incluida la violación, y describieron las amenazas de abuso sexual como algo común. Los hombres apresados también mencionaron casos de violación, incluida la violación con rifles y otros objetos “, apunta el informe.

Destacó que los llamados grupos progubernamentales han sido entrenados por pandillas y antiguos miembros de fuerzas de choque en el uso de garrotes, palos, piedras y cascos. “Estos elementos armados están bien equipados con vehículos, equipo militar y armas, incluso con armas de alto calibre como los rifles de francotirador AK-47 y Dragunov”, comentó.