Vicente Ramos González

El desarrollo de la investigación en el área tecnológica ha dado extraordinarios resultados para el avance de las sociedades y un estilo de vida menos complicado que el de generaciones anteriores. Ejemplos de esos hallazgos y sus aplicaciones en medicina, ingeniería, arquitectura, informática, biología, química, entre otras muchas disciplinas, hay varios. Pero es en el campo de las comunicaciones donde este avance tecnológico se ha dado con mayor celeridad. Sin embargo, aunque el objetivo de esa tecnología es servir a la sociedad, ha causado daños colaterales que empiezan a convertirse en graves problemas. Uno de ellos es la soledad y el aislamiento social.

Según datos revelados por estudios especializados, la soledad y el aislamiento social pueden representar un riesgo para la salud pública mayor que la obesidad y el tabaquismo. Por ejemplo, argumentan esos análisis, los niveles de soledad entre la población de países occidentales, incluido Estados Unidos, se ha incrementado exponencialmente en las últimas décadas, en donde la tasa de adultos mayores de 62 años en esa nación que manifiestan algún grado de soledad, era, hasta el año anterior, de 48 por ciento, mientras que en 2010 era de 35 por ciento.

Y aunque aún no existen datos que expliquen con claridad este fenómeno, en donde cada vez hay más gente viviendo sola, las razones que podrían arrojar luz sobre la soledad creciente tienen que “ver con un aumento en las tasas de divorcio y disoluciones familiares, la carga laboral y el estilo de trabajo. Por lo que respecta a los adultos mayores, pueden influir en el incremento de la soledad la jubilación, el fallecimiento de la pareja y hasta cosas aparentemente muy simples como la incapacidad a esa edad de poder manejar.

Sin embargo, los estudios sobre este campo cada vez se inclinan más a establecer la tecnología y las redes sociales como otros dos de los elementos causantes del incremento de la sensación de soledad en sectores importantes de la sociedad.

Expertos en soledad de la Universidad de Chicago aducen que la adopción de herramientas digitales y el uso de redes sociales se han disparado en los últimos años: 69 por ciento de los estadounidenses usaba alguna red social en 2016, en comparación con el poco más de 5 por ciento que lo hacían en 2005. Sobre el sector juvenil en ese país, el mismo grupo de expertos en soledad de esa prestigiada universidad indica que desde 2007, año de aparición del primero iPhone, el porcentaje de adolescentes que decían sentirse solos o dejados de lado se disparó “y sigue en crecimiento”.

“Las redes sociales tienen efectos contradictorios”, señala John Caccioppo, del grupo de expertos en soledad de la Universidad de Chicago. Añade que “para alguna gente, incrementa sus contactos sociales, pero reduce los contactos cara a cara y aumenta la autoevaluación negativa. Como cualquier herramienta, puede ser utilizada bien o mal. Puede emplearse para incrementar el contacto social, como conectar con amigos y familiares que viven lejos, o para reducir las interacciones cara a cara y la autoestima”.

Ahora bien, estimados lectores, aunque se ha manejado como ejemplo el incremento de la soledad en la sociedad estadounidense, debemos reconocer que es un fenómeno que cruza fronteras. Es decir, que en pocos años afectará a países como México, en donde también la utilización de esta tecnología y las redes sociales se ha incrementado exponencialmente.

Es momento de analizar con mayor detalle este fenómeno en México porque la soledad tiene efectos muy importantes en la salud. Aquellas personas que dicen estar aisladas o solas son más propensas a desarrollar demencia u otras patologías como diabetes y problemas cardiovasculares. La soledad eleva en 14 por ciento el riesgo de muerte prematura y en 50 por ciento las probabilidades de morir, en comparación con aquellas personas que tienen relaciones familiares y sociales cara a cara.

Y si existieran dudas sobre los estragos que puede causar actualmente la soledad en las sociedades, damos un dato: con 9 millones de ciudadanos afectados a distintos niveles por la soledad, la primera ministra británica, Theresa May, creó en enero de este 2018 un Ministerio de la Soledad para combatirla. “La soledad debería ser un tema que involucre a todos los ministerios, desde educación, trabajo, salud y no ser tratada de manera aislada”, dijo la primera ministra británica.

En nuestro caso, México debe poner más atención a este rubro de la salud. Estamos a tiempo. No esperemos a tapar el pozo después de que se ahogue el niño.

Periodista y editor.