“Como una mujer que nació en Oaxaca, apasionada de su cultura, del bienestar común y de trabajar en equipo, agradecida de que la música sea su medio de comunicación”, así se define Susana Harp, cantante, activista cultural y próxima senadora de la República por el estado de Oaxaca. Antes de aparecer en el escenario político nacional, Harp logró consolidar una reconocida trayectoria como intérprete del género regional mexicano, cosechando nutridos éxitos y llevando, a través de su voz, las tradiciones y lenguas autóctonas a los lugares más diversos y lejanos en nuestro país y el mundo. La preferencia por los sonidos y las voces germinaron en ella en el seno de una familia melómana en la que su abuelo hizo de la música clásica todo un ritual y su madre una ejecutora del piano. A ello, asegura, se unió la fiesta auditiva que nunca muere en Oaxaca, una ciudad en la que “la música es como respirar”.
El contacto que tuvo en su juventud con las comunidades indígenas terminó por definir la pasión que ejerce Susana Harp, que es cantar. A partir de ahí comenzó a desarrollar un estilo propio en que las lenguas ancestrales eran una expresión de los valores y elementos entrañables de la rica vida comunal oaxaqueña. De esta manera, además de conocer a profundidad estos grupos, su trabajo y sus conocimientos, la cantante comprendió que, además de disfrutar su labor, podía contribuir a preservar diferentes aspectos del patrimonio indígena de la zona.
“Encontré que la música es un camino infinito para llevar la música misma pero con muchos otros mensajes colaterales, por eso he trabajado en discos que tienen que ver mucho con la historia de México, discos dedicados profundamente, por ejemplo, a la biodiversidad, a ecología, a enseñar ese México maravilloso y diverso que tenemos, a platicar sobre culturas que no son tan reconocidas como las afromexicanas. En fin, la música siempre ha sido un vehículo importante para las causas más nobles”.
Trabajaré por el patrimonio intangible
Esta filosofía también ha llevado a Susana Harp a trabajar desde las organizaciones civiles por diferentes objetivos culturales, siendo la Asociación Cultural Xquenda, A. C., que dirige desde hace veinte años, un faro para numerosos proyectos que van más allá de las fronteras del estado oaxaqueño. Aunque su vocación musical y cultural y su eventual cargo de senadora de la República pareciesen ser polarmente distanciados, la activista asegura que todos los que trabajan por el bien común están haciendo política, por lo que a la invitación que le hizo Morena como candidata ciudadana a la Cámara Alta no dudó en acepar, pues consideró que se trataba de una inmejorable oportunidad para que algunos de sus proyectos tuviesen una mayor trascendencia en todo México; algunos de ellos basados específicamente en materia de patrimonio intangible.
“He luchado muchísimo por el reconocimiento del patrimonio intangible de México. Eso viene mucho a partir de que descubrí el plagio de una blusa de Santa María Tlahuitoltepec por parte de Isabel Marant, hace tres años, desde entonces he tocado puertas para profundizar en el tema porque me di cuenta de que no tenemos una ley que proteja este tipo de patrimonio. Y no hablo únicamente por este asunto, por ejemplo muchas industrian farmacéuticas plagian muchos conocimientos de herbolaria para sintetizarlos, patentarlos y volvérnoslos a vender. Creo que el Senado es el espacio indicado para generar procesos y leyes que cuiden todos estos elementos”.
Respecto a los planteamientos de Alejandra Frausto, propuesta para ser secretaria de Cultura en el gobierno de Andrés Manuel López Obrador, Susana Harp ve con buenos ojos que la política tenga en las llamadas culturas populares un eje central de funcionamiento, además de una visión inclusiva, manteniendo el nivel del debate en condiciones óptimas para el diálogo. Sin embargo, y pese a haber sido postulada por el movimiento lopezobradorista en las elecciones federales de 2018, la oaxaqueña dice mantener su carácter de ciudadano y sus reservas respecto a algunos polémicos aspectos dentro de los planes del tabasqueño, pues “una cosa es la campaña y ser candidato y otra muy distinta es ejercer el cargo de jefe de Estado”.
“En principio, el proyecto de hacer de Los Pinos un centro cultural me parece una gran propuesta, pero no deben descuidarse aspectos de la seguridad presidencial, que tal vez se transforme, pero no puede desecharse. Es un tema que debe tratarse a profundidad, en cuanto a la residencia oficial y en cuanto al Estado Mayor Presidencial.”
Finalmente, Susana Harp se pronuncia a favor del recorte de salarios de altos funcionarios, que también afectará a los senadores, pero admite que, además de la pasión y el gusto, tendrá ya un estimulo extra para seguir manteniendo la otra faceta de su vida: cantar.
“El Senado será una prioridad en mi vida, pero el sábado y el domingo tienen 48 horas para dedicarlas a la música y a mantenerme cerca de la gente”.