La república democrática es la mejor envoltura

política de que puede revestirse el capitalismo.

Lenin

Las disputas por las dirigencias de los otrora grandes partidos políticos están dejando al descubierto que los que fueron sus principales principios ideológicos han entrado en una etapa terminal de compromiso con la sociedad.

¿Qué pasa con los partidos políticos en México 2018?

PAN

Gracias al par de vividores de Ricardo Anaya y su testaferro Damián Zepeda, el partido fundado por Gómez Morin, está viviendo una de sus más graves crisis que puede llevarlo incluso a su desintegración, si en los próximos comicios llegara a perder el registro ante el abandono de sus militantes.

Después de que este partido perdiera sus principios ideológicos, para sumirse en un pragmatismo con la finalidad de llegar a la presidencia para hacer negocios y no para organizar la demanda social, su futuro es tan incierto como su presente.

Si por condición territorial fuera, la victoria en la disputa por la dirigencia sería para la fórmula conformada por el todavía senador Héctor Larios y el controvertido y cuestionado exgobernador de Puebla, Rafael Moreno Valle. Estos aspirantes que cuentan con el apoyo de nueve de los 12 gobernadores panistas.

En cambio, si fuera por el politburó que maneja desde la burocracia la dirigencia de Acción Nacional, el excandidato presidencial Ricardo Anaya, junto con su gavilla, sería el ganador de la presidencia del blanquiazul.

PRI

La llegada de Claudia Ruiz Massieu a la dirigencia nacional fue un manotazo que dieron casi conjuntamente Carlos Salinas de Gortari y Enrique Peña Nieto. La llegada del beltronista Héctor Gutiérrez de la Garza a la Secretaría General era esperada conforme al principio estatutario de prelación.

Gutiérrez de la Garza, en su calidad de secretario de Organización, y como segundo en el organigrama nacional, creía, al igual que su padrino Manlio Fabio, que su arribo a la Secretaría General era lógico.

Pero al impedir esta designación, se notó que Salinas de Gortari y Enrique Peña Nieto aún cuentan con una gran capacidad de maniobra dentro de su partido.

Peña y Salinas llamaron a un cónclave de gobernadores del PRI y les dieron línea para apoyar como próximo secretario general del tricolor al actual gobernador de Yucatán, Rolando Zapata.

Pero las reglas en el tricolor cambiarán. El primer priista del país dejará de serlo el inminente 1 de diciembre cuando Peña Nieto ceda el poder a López Obrador.

La rebelión de los tricolores que se ve venir ya no podrá ser frenada por las figuras simbólicas ni del primer priista, ya que no existirá, ni del consejo de ancianos que integran los expresidentes, ya que el único que desarrolla activismo político es Salinas, mientras Ernesto Zedillo vive en su zona de confort en el extranjero, y entonces el reacomodo en el tricolor se daría en función de las alianzas que logre establecer Morena.

Los priistas no olvidarán a los itamitas que terminaron por sepultar el PRI, es decir, el canciller Luis Videgaray, Virgilio Andrade, Alfredo del Mazo, entre otros.

El espectro partidario mexicano está a la espera del surgimiento de verdaderas corrientes que representen las inquietudes de los grandes grupos populares del país.