La administración de Donald Trump se encuentra nuevamente contra las cuerdas. Su más preciado candidato a la Corte Suprema, Brett Kavanaugh, ha sido señalado no una sino dos veces por su pasado turbio de abusos sexuales a unos días de la votación que lo llevaría al puesto de la institución de justicia más grande de Estados Unidos. En menos de una semana, Christine Blasey Ford y Deborah Ramírez, decidieron salir a la luz para exhibir la conducta criminal de un magistrado que hubiera podido significar la fuerza que Trump necesitaba para aprobar sus propuestas conservadoras que irían desde rechazar el aborto, hasta otras contra los derechos de género.

Aunque no se puede hablar de demandas, pues las acusaciones contra Brett sucedieron hace más de treinta años en ambos casos, sí ha obligado a los legisladores estadounidenses, y sobre todo, a las mujeres que votaron por Trump, a replantear su apoyo ante una personalidad de dudosa calidad moral y ética. Para expertos como la periodista estadunidense Frida Ghitis, el caso Kavanaugh implica un fuerte golpe a las pretensiones de Trump de lograr una mayoría en la Suprema Corte y de fortalecerse en las elecciones medias del 6 de noviembre. Para Laura Carlsen, directora del Programa de las Américas, la defensa que Trump ha hecho de Kavanaugh, le ha pegado más duro de lo que pensaba, pues debido a su posición misógina, ahora podría tener en su contra el voto de las mujeres que lo apoyaron. Estas son las entrevistas que ambas concedieron sobre el tema a la revista Siempre! vía correo electrónico y telefónica, respectivamente.

Entrevista con Frida Ghitis*

¿Quién es Brett Kavanaugh desde su punto de vista? 

Cuando Donald Trump nominó a Brett Kavanaugh para integrar la Suprema Corte de Justicia de Estados Unidos, estaba cumpliendo uno de sus compromisos con los votantes que lo eligieron y con los derechistas; aun quienes no votaron por él, que lo han apoyado en su controvertida presidencia. Kavanaugh, quien actualmente es juez de apelaciones, trabajó en la administración del último presidente republicano, George W Bush. Se le conoce como un juez confiablemente conservador. Si logra llegar a la Suprema Corte, reemplazaría a un juez centrista, Anthony Kennedy. La corte, de nueve miembros, ha estado dividida entre cuatro liberales, cuatro conservadores, y Kennedy en el medio. Si Kavanaugh toma posesión, la poderosísima Suprema Corte sería controlada por la vertiente conservadora. Esa posibilidad – la cual podría ocurrir aun si Trump tiene que escoger a otro candidato – es la razón por la cual muchos republicanos a quien no les gusta Trump han decidido apoyarlo de todas maneras.

En riesgo de juicio político

¿Cómo queda luego de las acusaciones de abuso sexual frente a su nominación?

Las acusaciones de acoso sexual contra Kavanaugh han creado un gran dilema para Trump y los Republicanos. Vale recordar que las elecciones legislativas están a unas pocas semanas. Si ellos manejan mal esta crisis, les podría costar un alto precio. En estas elecciones se decidirá si los republicanos logran mantener la mayoría en la Cámara de Representantes y en el Senado. Si las pierden, la presidencia de Trump podría correr peligro, porque los demócratas podrían entablar un juicio político. Así que los republicanos tienen que mostrar algo que parezca un proceso justo con relación a las acusaciones, para no perder el voto de las mujeres principalmente, y para mostrarse abiertos a encontrar la verdad de lo que ocurrió. Pero tampoco quieren arriesgar la nominación o verse como un partido débil.

¿Cómo considera este tipo de escándalos en personalidades políticas?

El escándalo es parte de lo que hemos estado viendo prácticamente desde que Trump ganó la presidencia; una ola de mujeres diciendo que están hastiadas de guardar silencio y aguantar los abusos de hombres en posiciones de poder. Es el movimiento conocido en inglés como #MeToo, o Yo también, como señal de cómo es de prevaleciente el problema. Y obviamente no es algo que afecta sólo a las mujeres en Estados Unidos. El movimiento está creciendo por todo el mundo.

¿Qué mensaje deja esta situación respecto al gobierno de Trump y su reelección?

La fuerza con la que ha surgido esta crisis y la ansiedad que ha causado en círculos republicanos recalca los riesgos que enfrentan Trump y su partido en las elecciones de noviembre, y la nueva energía que se siente en este momento en el ámbito político estadounidense.

*Frida Ghitis es colaboradora de CNN y el Washington Post. También columnista de World Politics Review.

Entrevista con Laura Carlsen*

¿Cómo considera a Brett Kavanaugh?

Es una persona que tiene una formación de los grupos de neoconservadores de Estados Unidos. Ha sido su estrategia formar a jóvenes para tener muchos votantes en temas de justicia y, por supuesto, en la lógica del poder. Recordemos que durante la administración de Barack Obama, el juez nominado por él, no fue aprobado por el Congreso republicano. Además le negaron el derecho del presidente a nombrar otra opción. Ahora que ellos están en el poder, al gobierno de Trump sí le dieron la oportunidad de nombrar al magistrado a la Suprema Corte, pero mediante una trampa con la mayoría republicana. Trump busca aumentar la mayoría y es por eso que le está apostando mucho a esta nominación. Esto ha despertado muchos temores sobre todo en temas con los derechos sexuales y reproductivos de las mujeres y los derechos laborales.

El mensaje que Trump está tratando de decir respecto a Kavanaugh es que éste no tiene un compromiso político y que es un juez objetivo, pero toda su vida ha formado parte de estas organizaciones neoconservadoras con la idea de tomar el poder en el sistema judicial para avanzar a una agenda conservadora.

¿Cómo afectan estas acusaciones de abuso sexual a Brett Kavanaugh? 

 Aunque no son demandas sino información que ha salido, esto le está perjudicando. En todo proceso para ratificar a una persona en la Suprema Corte debe haber una investigación; un proceso donde los miembros del Congreso y el Senado revisan sus aptitudes para el puesto. Lo que ha pasado es que ahora está abriendo un proceso muy interesante en Estados Unidos porque no se trata de si está persona tenga la autoridad moral, además de la experiencia para ser juez de la Suprema Corte, sino que forma parte de lo que ha sido todo el debate que surgió a través de movimiento Me Too, cuyo objetivo es señalar el abuso sexual contra la mujer.

Se han tenido que revisar las actitudes de los políticos mediante los testimonios de muchas mujeres que nunca dijeron nada y que ahora empezaron a hablar de lo que realmente pasó en la vida cotidiana. La señora Christine Blasey envió una carta a la senadora demócrata Dianne Feinstein y cuando se reveló al público, se decidió tomar una decisión muy valiente, porque a Christine le ha costado presentarse con nombre y apellido para contar lo que le pasó, que fueron intentos de violación en la preparatoria hace unos 35 años por parte de Kavanaugh y otro amigo que estaba con él.

Esto ha creado dos polos: por un lado quienes defienden a Brett Kavanaugh y por otro quienes lo cuestionan y defienden a la mujer. De hecho, hay más partidarios de la mujer y que nos muestra a un hombre que no tiene la moralidad necesaria para detentar el cargo más alto en la institución judicial más importante del país.

Según comentarios vertidos en el libro de Bob Woodward, Trump recomendó a sus conocidos que si están en problemas legales, lo nieguen todo, ¿cómo queda ante el caso Kavanaugh y la gente que votó por él?

Hay una parte muy grande de mujeres que están indignadas. Kavanaugh va casi a diario a la Casa Blanca para que lo entrenen en cómo responder a las preguntas sobre el caso, porque parece que sí tendrá que dar su testimonio en el Congreso y en presencia de ella. Además está la idea de que de antemano es el hombre el que tenga la razón y que la mujer que es la víctima, como en este caso, entre en un proceso muy fuerte de revictimización, cuando empiecen a cuestionar su palabra.

Ahora tenemos un nuevo movimiento que funciona con el hashtag “Porqué no lo reporté” y fue a partir de los comentarios de Trump por defender a sus amigos cuando dijo que las acusaciones de la mujer no valían la pena porque ha pasado mucho tiempo. Esto ocasionó que miles de mujeres salieran ahora a denunciar cosas parecidas. Lo que pasa es que era diferente hace décadas y no tenían la información sobre crímenes y derechos sobre su cuerpo. El proceso que estamos viendo contra Christine, y ahora con Deborah Ramírez, se enfoca más como un proceso de revictimización, es decir, que es como volver a ser la víctima y no hacer nada en su favor.

¿Su prospectiva respecto a Trump? 

Ya están considerando que esta situación tendrá un costo político y posiblemente muy grande para las elecciones en noviembre. Lo que se está viendo y, sobre todo el equipo de Trump (algo que fue expuesto por el libro “Fear” de Bob Woodward), es que todos han estado tratando de controlarlo porque su instintos son de atacar y negar. Trump ha seguido defendiendo a Kavanaugh en algunos tuits diciendo que los señalamientos no cuentan si no hay un reporte a la policía.

Esto podría tener un impacto muy grande en las elecciones de noviembre porque hay indicios de que hasta las mujeres que habían votado por Trump están molestas con estas actitudes y este tipo de defensa que es insultante y que niega la palabra de la mujer.

El costo político va a ser muy grande. Lo más seguro es que retire la propuesta de Kavanaugh y eso se le complica, porque tendría que buscar a otra persona y tener otra ratificación con un nuevo Congreso que ahora seguramente tendrá una mayoría demócrata. Se espera que también en el Senado habrán avances importantes a partir de esto.

*Laura Carlsen es analista política y directora del Programa de las Américas.