Por Jorge Alonso Espíritu

 

[su_dropcap style=”flat” size=”5″]S[/su_dropcap]i es verdad que el miedo es la emoción más antigua en los seres humanos, también lo es que sus formas se han modificado con el paso del tiempo y las transformaciones tecnológicas y culturales de las sociedades. Si bien, en el fondo subyacen los mismos temores, su presencia encuentra nuevas formas, nuevas categorías.

El novel director Aneesh Chaganty lo demuestra en su ópera prima Buscando, que esta semana llega a los cines mexicanos después de su estreno en el festival de Sundance. La cinta retoma un tópico clásico del cine y la literatura: el padre que busca al hijo, esta vez encarnados por John Cho, quien interpreta a David Kim, papá soltero desesperado ante la súbita desaparición de su retraída hija Margot, personificada por Michelle La.

Sin embargo, la historia se visualiza poco en la vida real, esa que retrata el cine, y escoge como escenario el mundo digital. La totalidad del metraje se desarrolla en las pantallas de los dispositivos electrónicos usados en la historia: monitores de computadores, cámaras de seguridad y celulares.

La formula ha sido utilizada antes con relativo éxito de crítica, aunque con no mucha popularidad. Lo hizo el español Nacho Vigalondo en 2014 con Open Windows y Levan Gabriadze ese mismo año con Unfriended, ambas, cintas que explotan vertientes del terror y el suspenso.

¿Cuál es la diferencia del thriller que nos ocupa con estas antecesoras? Tal vez sea el hecho de que Chaganty nunca busca advertir de los peligros de la  web, o de las redes sociales, o de la tecnología, sino relatar lo obvio: que pertenecemos a una generación –y a una clase social- completamente apoyada en las plataformas digital, y que ello no es bueno ni malo, sino que simplemente sucede.

Por supuesto, la huella de nuestra presencia en redes delata gran parte de nuestra vida, de lo terrible y de lo bello. En ella están los buenos recuerdos y los dolorosos, pero todo eso solo puede descifrarse con la vida real.

Por eso algunos de los mejores momentos de Buscando suceden al inicio, con un prólogo que recorre el crecimiento de Margot, en un paralelo con el desarrollo de la vida digital estándar: los primeros sistemas operativos realmente populares, el correo electrónico, las primitivas redes sociales, hasta llegar al alud de opciones que tenemos hoy: Facebook, twitter, Instagram, etcétera. Cada apertura de página, cada mensaje, cada ventana en el monitor presenta la intensidad de lo real: el nacimiento, el gozo, el dolor, la enfermedad y la muerte.

A partir de entonces se desarrolla la historia: Margot desaparece y el padre comenzará la búsqueda a través del rastro digital. Por supuesto que aparecerán nuevas preguntas. ¿Quién es realmente Margot? ¿Es él el verdadero culpable de su desaparición?

Buscando evoluciona entonces a una historia de suspenso, un thriller correcto de detectives que -a pesar de algunos errores y un par de lugares comunes- funciona hasta el final, sirviéndose del dinamismo de su envoltura.

Permanencia voluntaria: Hasta los dientes

Continúa en carteleras Hasta los dientes, documental mexicano dirigido por Alberto Arnaut que relata y profundiza en el asesinato de dos estudiantes del Tec de Monterrey en el 2010, quienes fueron torturados y asesinados por militares, y señalados como supuestos sicarios.