Ricardo Muñoz Munguía

La corrupción y la impunidad son aspectos con los que se ha convivido por décadas y que en mayor medida se le adjurican a una buena porción de servidores públicos, lo que en parte es cierto pero que, por igual, ha tenido algunos cambios significativos. Pero del centro de ese panorama pletórico de impunidad, donde los esquemas que trazan a algunos mexicanos, aparecen hoy en una novela de la que fui haciendo unos apuntes dispersos y ahora, que vuelvo a sus páginas, encuentro estas líneas que han enmarcado a gran parte del país y que, de tan tremendo arraigo, poco se cree lleguen a su final, como lo comenté con el escritor Arnulfo García Estrada, quien identifica en La sangre de la mentira (México, 2018), lo que corroe al mexicano, el vicio de la corrupción, el terrible gesto de la impunidad que ha clavado hondo sus raíces y que la exposición de este escenario grotesco, que se vale el autor de una visión infantil, es como nos vamos acercando a ese mundo de mentiras, falsas amistades, posturas subversivas…, donde el diablo viene a ser pieza fundamental pues, como dice el subtítulo de estre trabajo, “corrupción e impunidad”, y que vale la pena destacar, son esencia y, por desfortuna, vitalidad oscura para ver correr el nombre de esta novela en nuestra realidad: La sangre de la mentira. Un libro que ha salido en una edición de autor, novela que, por los tiempos de política actual, valdría la pena que tuviera mayor difusión.

El personaje principal aparecerá en sus diferentes épocas, desde que es niño, Rufino es adoptado y, después, gracias a su inteligencia se verá destacado para ir escalando, primero como diputado, senador hasta llegar a senador, gracias por un “padrino” que lo llevará a ser presidente de la República pero el final es inesperado, como lo dicta el lado más oscuro del ser humano.

El escritor michoacano es autor, entre otros libros didácticos, del volumen Atletismo y adolescencia (Trillas), el que lleva más de 40 mil ejemplares vendidos. En el terreno de la ficción ha escrito las novelas La suerte del caguamo y Buscando entre sombras, en las que vierte humor e ironía en la figura del erotismo. Su labor como profesor de Educación Física lo ha llevado a participar sobre deporte en programas de radio y televisión, por ende también a escribir en revistas políticas y diarios nacionales. Además, de varios cargos de dirección en el deporte en México, lo que le ha dado un honda visión sobre “lo negro del deporte”, como lo enmarca García Estrada; un tema del que, por su experiencia, le da muchísimo material para tenderlo en un libro pero ni siquiera lo ha querido plasmar en una novela porque, por consejo de sus amigos periodistas, prefiere el silencio pues claro está que se enfrentaría a un tipo “apadrinado” por un temible expresidente de México.

La sangre de la mentira retrata el real panorama de la política que hemos vivido durante los últimos 30 años, el que disfraza el autor con cambio de nombres pero, sin duda, plenamente identificados, donde encontraremos en especial a un funcionario del deporte y dueño de medios periodísticos y varios políticos; todos entre sus truculentas actitudes.

La visión que tenemos sobre los diversos manejos de los cargos públicos quizá pueda estar dentro de una óptica donde el abuso del poder y el hurto son la principal figura de los encargados de la función pública pero estamos algo equivocados, como se argumenta el esta novela, pues se trata de un problema más hondo y por desgracia tan bien armado que se antoja indestructible; se trata de mafias, que son una estructura de corrupción desmedida en nuestro país.