La falta de agua ya se hizo presente, como un apocalipsis, en la Zona Metropolitana del Valle de México. Esta gigantesca conurbación está conformada por la Ciudad de México y trece ciudades más de 250 mil habitantes cada una, con una población total de 21 millones de habitantes que la colocan como la zona metropolitana más grande del país. Por esta razón, presenta una cauda muy grande de problemas de movilidad, contaminación, seguridad, transporte, hacinamientos y, desde luego, abasto de agua.

A nivel colectivo, en esta zona, como en muchas otras del país, todavía la población no aprecia la magnitud real del problema de la escasez del agua. De acuerdo con especialistas, en el Valle de México es donde más agua se desperdicia a escala nacional, además de que es donde más se contamina este recurso. Aducen asimismo los investigadores que las causas de la escasez tienen que ver con el incremento poblacional de las últimas décadas y el aumento de la demanda de agua per cápita, así como con la falta de infraestructura adecuada para garantizar a todos este derecho básico.

Sin embargo, hay más causas, como lo plantea el director de la Comisión Estatal del Agua en el Estado de México (CAEM), Alfredo Pérez Guzmán, quien establece la necesidad de una “mayor coordinación entre las autoridades públicas tanto de la Ciudad de México como del Edoméx que tienen que ver con la administración y la distribución del recurso hídrico”.

Y tiene mucha razón el directivo de la CAEM, porque los problemas de millones de personas que habitan la Zona Metropolitana solo pueden solucionarse eficazmente con una fuerte cooperación y participación de los gobiernos de la zona del Valle de México. La tendencia durante muchos años ha sido la polarización y desigualdad entre la ciudad central y sus conurbaciones en el Estado de México, que ahora paradójicamente tienen más habitantes. Esta tendencia ha tenido saldos negativos que se constatan en zonas beneficiadas al sur y al poniente, en tanto que en el oriente se ha producido una polarización y desigualdad económica y social, que incluye a la Ciudad de México y a municipios de Edoméx.

Injusticias que se ven diariamente en la expansión urbana fragmentada, el traslado de las personas desde su vivienda hacia distantes lugares de trabajo, lo que les representa horas y mayores recursos económicos, una movilidad imposible en horas pico, una creciente polución que afecta criminalmente el aire que respiran niños y ancianos, pero tal vez el problema más importante de esta tendencia de crecimiento sin planeación es la falta de agua por la sobreexplotación de las cuencas, que es el mayor peligro para el futuro.

El director de la CAEM, Alfredo Pérez Guzmám, y el columnista, ante el croquis del macrocircuito del agua en el tanque de almacenamiento de Huixquilucan-Naucalpan.

“De la magnitud y complejidad del reto del agua que enfrentamos en el Valle de México, es importante continuar identificando prácticas y soluciones probadas, que contribuyan a impulsar una mejor toma de decisiones con visión sostenible y de largo plazo, que fomente el balance hídrico y combata la sobreexplotación del acuífero”, afirma Alfredo Pérez Guzmán, quien añade que es también fundamental, para contribuir a paliar el problema, promover entre la población, a través de un medio de difusión especializado, una nueva cultura del agua, que se oriente a implementar una mayor conciencia colectiva sobre cambios en los patrones de consumo para aminorar el desperdicio y la contaminación del agua, pero sobre todo para que el agua sea considerada como un recurso del cual depende la vida humana y se le respete como tal.

Y este funcionario no solo predica con la palabra, sino que se distingue por ser un joven político cuya actividad no la desarrolla atrás de un escritorio, sino que es un hombre de trabajo de campo que junto con su equipo va hasta donde se localizan los problemas que necesitan pronta solución. Está vigilante las 24 horas del día para atender las demandas sobre agua de la población del Estado de México, como lo demostró recientemente durante las inundaciones en varias zonas de esa entidad derivadas por las copiosas lluvias.

Si bien las autoridades tanto de la Ciudad de México como del Estado de México hacen su mejor esfuerzo, como el caso de Alfredo Pérez Guzmán al frente de la CAEM, los ciudadanos también tienen el deber de hacer conciencia sobre esta problemática del agua. Es momento de colectivizar, a través de un medio de difusión de amplia distribución en el Estado de México, como lo propone el responsable de la CAEM, la idea de una nueva actitud y cultura ante el recurso hídrico, considerándolo un recurso de seguridad nacional, no solo del que nos servimos para satisfacer nuestras necesidades diarias de higiene, sino como elemento de vida.

No cabe duda de que el apocalipsis de la escasez de agua en la Zona Metropolitana del Valle de México ha tocado las puertas de esta gigantesca conurbación, y solo como una pequeña muestra de ello es el anuncio de un corte inédito en el suministro que dejará sin agua los primeros días de noviembre a 13 delegaciones de la Ciudad de México y a 13 municipios del Estado de México, cuyo motivo es el mantenimiento del Sistema Cutzamala, lo que demuestra que la infraestructura para el abasto del líquido vital ha sido rebasada por la demanda , así como la sobreexplotación de los mantos acuíferos. El futuro en nuestras manos. Pensémoslo.

Periodista y editor