Patético que a unos meses de que concluya el sexenio, muchos funcionarios se aferren a su burbuja de poder tratando de ignorar que tras el primero de julio, este país dio un giro de 180 grados; y se muestren apáticos para solucionar los graves problemas sociales, nunca resueltos por la falta de sensibilidad y capacidad políticas.

Uno de estos pendientes es la afectación a más de 70 mil usuarios de la electricidad en cinco estados de la zona centro del país, que desde el atropello cometido por el expresidente Felipe Calderón con el cierre de Luz y Fuerza del Centro, el 11 de octubre de 2009, y el despido de 44 mil trabajadores del Sindicato Mexicano de Electricistas (SME), vieron incrementarse sus recibos a cantidades francamente impagables y que los orilló a constituirse en la Asamblea Nacional de Usuarios de la Energía Eléctrica (ANUEE), para enfrentar a unas autoridades que lejos de resolver un problema originado por el torpe mandatario, permitieron a la CFE echar mano de las fuerzas policiales y judiciales para criminalizar a los deudores, llegando al extremo de meterlos en la cárcel.

Desde hace más de 80 días, los miembros de la ANUEE se encuentran en plantón permanente a las afueras de la Secretaría de Energía (Sener), ante el incumplimiento de los acuerdos pactados en 2015 por las autoridades, que en un memorándum de entendimiento se comprometieron a aplicar el “borrón y cuenta nueva” a favor de los afectados que a lo largo de casi nueve años han tenido que elegir entre comer o pagar la luz.

Quienes han mantenido esta lucha social por todos estos años con el apoyo de organizaciones como el SME son en su mayoría amas de casa; madres solteras y sostén de su hogar; jubilados que apenas y sobreviven con una magra pensión; pequeños comerciantes; gente de la tercera edad y agobiados padres de familia que deben estirar su salario mínimo para hacer frente a las caprichosas tarifas impuestas desde los escritorios por los irresponsables funcionarios y trabajadores de la CFE, que con sus “lecturas estimadas” dieron paso a los llamados “recibos locos” que suman miles y miles no solo en la antes zona de influencia de Luz y Fuerza, sino en todo el país.

La disparada arbitrariedad que nació con la acción totalitaria de Calderón permitió a la CFE actuar con la peor de las impunidades en contra de la ciudadanía que sencillamente no encontró amparo en la Procuraduría Federal del Consumidor (Profeco), una comparsa más en el descarado robo al pueblo. Precisamente la tierra natal del hoy presidente electo, Tabasco, es una de las entidades donde el problema se convirtió en foco rojo de la inconformidad social. El virtual mandatario ha prometido a sus paisanos aplicar precisamente el “borrón y cuenta nueva” para solucionar los abusos de la Comisión Federal.

Pero el aún Secretario de Energía y sus funcionarios parecen no entender las lecturas políticas e insisten en no asumir su responsabilidad de dar solución a los problemas del sector a su cargo; y lo más delicado, incumplen sus propios acuerdos oficiales pese a que una y otra vez se les ha demostrado técnicamente las monumentales irresponsabilidades y errores de la CFE para con la gente de menores recursos, víctima principal de los “recibos locos”.

Y en la peor de las cerrazones, en la Sener se busca escalar el conflicto con la apertura de carpetas de investigación en contra de los usuarios y miembros del SME que han luchado a brazo partido contra esta injusticia social. Por cierto que de acuerdo con el artículo 93 constitucional, es obligación de los secretarios de Estado rendir un informe al nuevo Congreso. Veremos qué dice el titular del ramo a los nuevos diputados y senadores de Morena sobre este asunto que nació por la política privatizadora del sector energético y terminó afectando a infinidad de mexicanos, 70 mil de los cuales, agrupados en la ANUEE, cumplieron más de 80 días de plantón a las afueras de una dependencia donde grises funcionarios insisten en guarecerse en su menguada burbuja de poder.