Durante 74 minutos del documental “El Pepe. Una vida suprema”, se muestra parte de la vida del ex Presidente de Uruguay, José “Pepe” Mujica, considerado el mandatario más humilde del mundo e ídolo para mucho latinoamericanos. Un proyecto que incluye imágenes inéditas de Mujica en sus últimos días como presidente, escenas de su vida cotidiana y conversaciones junto a el cineasta y director serbio Emir Kusturica, filmadas en 2014 en Montevideo y en Nueva York, según lo especificó el mismo protagonista durante la presentación del documental en el festival de Venecia.

El ex guerrillero, durante la plática con la prensa internacional, recordó lo difícil que fueron los cuatro encierros que sufrió: “fueron días sin luz ni comida en celdas diminutas y torturados durante la dictadura uruguaya. Una terrorífica experiencia que puso al límite mi resistencia física y mental”, señaló el también protagonista de La noche de 12 años, una película –también reproducida en el festival- que recrea  su odisea como preso político, detenido en 1972 por pertenecer a la guerrilla de los Tupamaros, y liberado solo en 1985.

A decir de Mujica, la soledad es uno de los castigos más duros después de la pena muerte, pues aseguró con ella vivió 37 años. Pero gracias a sus peripecias, no se quedó en el camino: “cada uno se agarra a una canaleta. Cuando fui muy joven leí mucho. Y en esos años de soledad rumié. Repensar cosas y darle vueltas no es lo mismo que leer, es reconstruir. Creo que el hombre aprende mucho más de la adversidad, siempre que no lo destruya, que de la bonanza”, apuntó.

Agregó que cuando era joven pensaba que la lucha era por el poder. Sin embargo, admitió, hoy la historia de los luchadores sociales y políticos es un montón de cristales rotos, de los cuales van quedando pedacitos: “las ocho horas, los derechos laborales, la jubilación… me siento hermano de todo eso”.

En ambos proyectos, se detalló con singularidad la esencia y la sencillez de Mujica, el hombre de una libertad remarcada a pesar de las adversidades, y que lo ha llevado a afirmar que el delito no es robar un banco sino crearlo o que la burocracia es peor que la burguesía. Que hizo de Uruguay el primer país que legalizó la marihuana y el matrimonio homosexual, y que no para en decir y demostrar que no necesita más dinero que el que ya tiene, por ello, sigue conduciendo un viejo coche y viviendo en una casa con escasas comodidades, en el patio de su casa tiene un colorido banco construido con tapones de plástico de botellas y que provocó risas en una de las proyección cuando apareció con un móvil en la mano diciendo: “estoy esperando a que le pongan baño al celular, para los viejos como yo”.