Nuevamente tiembla el terreno de Donald Trump. Este lunes, su candidato a juez del Tribunal Supremo, Brett Kavanaugh, se encuentra inamovible luego que fuera demandado por Christine Blasey Ford, por intento de violación hace más de treinta años, cuando ambos eran menores. La mujer puso a temblar a los republicanos al revelar los pormenores en uno de los diarios que el magnate inmobiliario más odia en el mundo: The Washington Post.

Blasey asegura que Kavanaugh estaba muy ebrio cuando trató de violarla durante una fiesta realizada en una casa en las afueras de Washington. El jurista, quien esperaba este jueves convertirse en el juez supremo cuando se realice la votación, niega los hechos, pero se mostró dispuesto a tratar el asunto. La situación ha provocado que los demócratas intenten posponer el proceso de elección y la designación del magistrado.

La demanda tiene lugar en un momento en que nadie esperaba que sucediera, pero ha empezado a crear una alud de expectativas, sobre todo por el movimiento Me Too, que ha descubierto casos de abusos sexuales en la política. En caso de Kavanaugh logre superar este problema inesperado y la votación le favorezca, tendría un cargo vitalicio con el que se afianzaría la mayoría republicano en el Tribunal Supremo y allanaría el camino para un fortalecimiento en las elecciones medias de noviembre próximo.

“Estoy dispuesto a hablar con el Comité Judicial del Senado de cualquier forma que el Comité considere apropiada para refutar esta falsa acusación de hace 36 años y defender mi integridad”, señaló el juez en un comunicado difundido por la Casa Blanca.

La abogada de Ford, Debra Katz, comentó por su parte que su cliente está dispuesta a revelar la “historia completa” del presunto abuso. “Está dispuesta a hacer lo que sea necesario”, aseguró en una entrevista en la cadena CBS. Katz calificó en la NBC que el presunto abuso fue un “intento de violación”.

Por su parte, la Casa Blanca defendió la “integridad” del nominado al Supremo, pero también apoyó que Ford comparezca en el Senado. “Esta mujer no debería ser insultada y no debería ser ignorada”, dijo a Fox News Kellyanne Conway, consejera de Trump.

En 1991 se registró un caos semejante, cuando Clarence Thomas, fue designado miembro del Supremo después de que una mujer, Anita Hill, le acusara de acoso sexual y él lo negara.