El horror, la tragedia y una visión descarnada del mundo, ha quedado inmortalizada en la obra de Arturo Rivera, el pintor y grabador mexicano que ha producido un torrente aterrador de admirable belleza y perfección en cada una de sus piezas, y que junto con ellas se desenvuelve tragedia y drama, provenientes del universo que él observa a su alrededor, de la realidad social y cultural.

Después de casi dos décadas de no exhibir tan maravillosa obra en la Ciudad de México, Rivera presenta Autofagia en la celda contemporánea de la Universidad del Claustro de Sor Juana (UCSJ), a través de una selección de 50 obras, abarcando cuarenta años de quehacer artístico.

‘La crisis se trata de pintar más. Se llega a un punto en el que el método se vuelve repetitivo o deja de tener sentido, por lo menos para el pintor. El chiste de las crisis es reinventarse, sin complacer. He tenido 20 crisis pictóricas, hay que superarlas, de ellas se sale trabajando”, señaló Rivera. Protestó en contra de las instituciones y espacios culturales que permiten el mercado del arte, ejemplo de ello, aseguró, esta el Museo Universitario Arte Contemporáneo de la UNAM, el cual no expone una sola pintura.

‘‘Es difícil, lo sé, que las instituciones se abstraigan de la moda. Estoy de acuerdo con que se expresen otro tipo de disciplinas que supuestamente nacen de las artes, pero han dejado de existir hasta las galerías que exponían pintura. Se deben distribuir más los espacios”.

Rivera, quien en abril cumplió 73 años, agregó que el arte tiene que conmover, tiene que confundir, de lo contrario, lo que no conmueve es decoración, “pintar no es una carrera académica, es un oficio, como el del artesano: usamos manos y ojos, nada más; somos artesanos totales”.

En Autofagia, que estará instalada hasta el 7 de diciembre, se podrán observar piezas de la serie Historia del ojo, así como trabajos recientes de Rivera relacionados con ‘‘la sequedad”, periodo de crisis de lenguaje plástico que afronta en estos momentos. Algunas obras provienen de colecciones privadas, de los acervos de los museos de Arte Contemporáneo de Monterrey y de Arte Moderno del Estado de México, así como de la Secretaría de Hacienda y Crédito Público.

Arturo Rivera estudió pintura en la Real Academia de San Carlos (1963-68) y serigrafía y fotoserigrafía en The City Lit Art School de Londres (1973-74). Vivió ocho años en la ciudad de Nueva York, en donde, para sobrevivir asumE trabajos de: albañil, ayudante de cocinero y como trabajador en una fábrica de pinturas.

En 1979 el pintor Mac Zimmerman ve una obra del artista en el Instituto Latinoamericano de la calle Madison, lo busca y lo invita a trabajar con él en una ayudantía en la Kunsttakademie de Munich, Alemania. Tras un año de intenso trabajo y estudio regresa a México invitado por el Museo de Arte Moderno, donde expone por primera vez.