Donald Trump ha telefoneadoal primer ministro italiano, Giuseppe Conte. Lo ha hecho para felicitar al Gobierno transalpino por la gestión que está realizando del problema migratorio. En concreto, para aplaudir el giro de dureza contra los flujos de inmigrantes que ha dado el Ejecutivo italiano desde que llegó al poder el ministro Matteo Salvini. El dirigente estadounidense, que tiene una bandera potente contra la caravana de hondureños que ha llegado ya a México con el fin de entrar en EE.UU., ha querido rendir tributo a la valentía de los gestores de la Lega.

“Acabo de hablar con el primer ministro @GiuseppeConteIT de Italia sobre muchos temas, incluido el hecho de que Italia está adoptando ahora una línea muy dura ante la inmigración ilegal”, ha escrito en las redes sociales el titular de la Casa Blanca. Y, a continuación, ha expresado que “estoy de acuerdo con su postura al 100%, y Estados Unidos también está adoptando una línea muy dura ante la inmigración ilegal. El primer ministro está trabajando muy duro en la economía de Italia, ¡tendrá éxito!”.


Trump ha alabado una medida política que desde junio ha implementado una estrategia de mano dura contra la inmigración irregular, llegando a desafiar a Bruselas al impedir que los barcos de las ONG que rescatan a migrantes en el Mediterráneo atraquen en los puertos del país. En este sentido, el mensaje del ultraderechista Matteo Salvini, ministro del Interior, parece entrar en total sintonía con la postura que encabeza el propio Trump en Norteamérica.

No ha trascendido si en esa conversación telefónica el magnate ha alabado a Conte también la intención de Salvini de suprimir todos los campamentos chabolistas de gitanos que hay en Italia. El dirigente ha prometido que va a acabar con ellos antes del final de la legislatura. Y, asimismo, Salvini ha promovido un decreto, aprobado en septiembre, que pretende imponer la expulsión de los solicitantes de asilo considerados “un peligro social” o condenados en primer grado.

Estos movimientos sintonizan con el endurecimiento de las políticas migratorias de Trump desde que entró en el Despacho Oval. Y también con el recrudecimiento de su batalla retórica contra los indocumentados. La cercanía de las elecciones legislativas en Estados Unidos -seis de noviembre- han llevado al presidente norteamericano a azuzar a sus bases, la de un partido republicano que se juega un buen pedazo de su poder: mantener el control del Congreso.

Por este último punto Trump ha avanzado en este día que está sobre su mesa el proyecto de refuerzo de la actual presencia de militares en la frontera con México como respuesta a la caravana de migrantes. De esta histórica marcha, mayoritariamente por hundureños y centroamericanos, ha asegurado que cuenta con criminales y “personas de Oriente Medio” escondidas. Eso sí, preguntado por esa afirmación ha reconocido que “no hay ninguna prueba, pero podría ser posible”.

También ha tenido tiempo el mandatario estadounidense para telefonear a Emmanuel Macron. Con su homólogo francés se ha comunicado para perfilar la visita que hará el 11 de noviembre a París, con el fin de acudir a la conmemoración del centenario del armisticio de la Primera Guerra Mundial en 1918. “Hablé con el presidente francés @EmmanuelMacron esta mañana. Conversamos sobre muchos temas, ¡incluida la muy emocionante visita que la primera dama Melania y yo haremos a París!”, publicó Trump a través de Twitter. El Elíseo aclaró que en esa conversación se trataron temas como Siria y la importancia de la cumbre de Estambul -del día 27- para firmar un alto el fuego permanente en la región siria de Idlib.