Las negociaciones para la salida del Reino Unido de la Unión Europea se han intensificado en los últimos días. Según el ministro británico del Brexit, Dominic Raab, que ha reconocido que, aunque “persisten algunas diferencias”, ambos bloques se están “acercando a soluciones viables para las principales cuestiones pendientes”.

Entre ellas, la frontera entre la República de Irlanda e Irlanda del Norte, asunto sobre el cual Raab recordó que el Gobierno rechaza la propuesta de la UE de que Irlanda del Norte permanezca en el mercado interior y la unión aduanera.

El ministro afirmó que el Reino Unido no aceptará nada que amenace la “integridad territorial y económica”, al tiempo que confió en que las dos partes negociadoras conseguirán llegar a un entendimiento este otoño.

Raab ha anunciado que el Ejecutivo está “acelerando” sus planes de contingencia en el caso de una salida sin pacto, después de haber publicado ya decenas de documentos técnicos para informar a los distintos sectores de los pasos que habría de dar en ese eventual escenario.

Sin embargo, parece que las negociaciones no son tan halagüeñas desde el otro lado. Aunque el contacto entre el Reino Unidos y la Unión Europea es casi permanente esta última semana, las negociaciones están estancadas en este punto.

El negociador para el Brexit de la UE, Michel Barnier, ha afirmado que la salida del Reino Unido del club comunitario generará controles administrativos entre éste e Irlanda del Norte que ahora no existen.

La frontera irlandesa es la gran cuestión pendiente en las conversaciones sobre la retirada británica del club comunitario, que tendrá lugar el próximo 29 de marzo.

La UE es partidaria de que Irlanda del Norte permanezca en el mercado interior y la unión aduanera tras el Brexit, salvo que Londres y Bruselas hallen una solución alternativa que convenza a ambas partes.

El Gobierno de la primera ministra británica, Theresa May, apuesta por crear un área de libre comercio para bienes con la UE, lo que evitaría los controles de aduanas y mantendría abierta la frontera irlandesa.

Barnier ha recalcado sin embargo que una vez que se haya negociado la futura relación entre Londres y Bruselas, con el Brexit ya materializado, algunos de los controles podrían ser innecesarios o mitigados. “Y todavía estamos abiertos a la idea de tener una unión aduanera con el Reino Unido. Semejante unión aduanera eliminaría una parte importante de los controles aduaneros”, ha comentado.