Aunque la migración es un derecho humano, pues es lo que ampara que una persona pueda cambiar de residencia para buscar una mejor oportunidad, Estados Unidos insiste en que se trata de una amenaza a su seguridad nacional. Este miércoles, el presidente Donald Trump advirtió a una caravana de migrantes procedentes de Honduras que si no se detienen y regresan, suspenderá toda la ayuda que la Unión Americana asigna a ese país.

Así lo anunció el magnate inmobiliario en su cuenta del pájaro azul:

“¡Estados Unidos ha informado firmemente al presidente de Honduras que si la gran caravana de personas que se dirige a los Estados Unidos no se detiene y regresa a Honduras, no se dará más dinero ni ayuda a Honduras, con efecto inmediato!”

Trump se refiere a la ayuda que proporciona a Tegucigalpa a través de la Agencia para el Desarrollo Internacional (USAID), que entre 2016 y 2017 sumó 175 millones de dólares y que al pasado 3 de octubre se agregaron 48 millones más el combate a la sequía en el Corredor seco de Honduras.

Con caras consternadas y visiblemente desmoralizados, un grupo de más de dos mil personas entre mujeres hombres, adolescentes y niños, partió desde San Pedro Sula hacia la frontera con México, donde esperan tener la oportunidad de solicitar asilo en territorio estadounidense.

La caravana inicia su larga marcha, pese a que los gobiernos de Guatemala y México advirtieron que no les dejarán pasar por su territorio, al menos a quienes no cuenten con documentos legales.

De hecho, los migrantes ya se encuentran en la frontera guatemalteca, donde pernoctaron en un albergue de Esquipulas, ciudad fronteriza con Honduras y tienen programado iniciar su recorrido a través de México.

La organización civil Pueblo Sin Fronteras se pronunció en contra que los gobiernos de Guatemala y México impidan el acceso a la caravana.

“Vemos con preocupación la respuesta de los gobiernos a esta crisis humanitaria que ellos mismos han sido responsables de crear. Es un ataque a las personas forzosamente desplazadas” señaló el grupo en un comunicado.

Por su parte, el vicepresidente estadounidense, Mike Pence, pidió en Washington a ambos países durante la segunda Conferencia para la Prosperidad y la Seguridad en Centroamérica, que intensifiquen sus medidas para impedir el paso a la caravana migrante.

“Necesitamos que todas las naciones del Triángulo del Norte refuercen este mensaje”, dijo Pence. “No pongan a sus familias en riesgo haciendo el peligroso viaje al norte para tratar de entrar ilegalmente a Estados Unidos”.