Con el arribo de Andrés Manuel López Obrador a la Presidencia de la República y su aplastante mayoría en el Congreso, sus bancadas han presentado recientemente iniciativas para eliminar la autonomía de diversos órganos que se han constituido en contrapesos legales y económicos del Poder Ejecutivo. Ahí están los casos de la Comisión Nacional de Hidrocarburos, la Comisión Reguladora de Energía o el Instituto Nacional de Evaluación para la Educación.

Aunque en otros organismos no se ha planteado como tal la supresión de la autonomía ya está en marcha una andanada en contra de la “burocracia dorada” y planes de austeridad que supondrían un riesgo para la labor de estos organismos. Son los casos del Instituto Nacional Electoral, el INEGI y el Instituto Nacional de Transparencia, Acceso a la Información y Protección de Datos, a estos últimos luego de descalificar a sus integrantes, cuestionó sus altos ingresos y su inutilidad en la lucha contra la corrupción.

En el caso del Banco de México, durante su campaña López Obrador dijo que respetaría su autonomía, sin embargo aseguró recientemente que si hay desequilibrios económicos durante su administración, eso sería por un mal manejo de Banxico.

Al respecto, el periodista Héctor de Mauleón señaló en su columna a la que tituló como “La gran regresión” que el aplastamiento de los órganos autónomos del Estado es una de las señas de identidad de los países de un solo hombre. Otros especialistas consideran que estos órganos autónomos hoy se enfrentan a la disyuntiva de realmente constituirse como un contrapeso o simplemente subordinarse al próximo gobierno.

Para el investigador César Astudillo, del Instituto de Investigaciones Jurídicas de la UNAM y exabogado de nuestra máxima casa de estudios, considera que los órganos autónomos sufren las consecuencias de la cooptación por parte de los partidos. Lo peor que les puede puede suceder es ser acomodaticias y hoy más que nunca deben demostrar su autonomía e independencia.

Esta es la entrevista:

 

Partidización de órganos autónomos

Los órganos autónomos se encuentran en la tesitura de demostrar la valía para la que fueron creados. Nuestro sistema constitucional se caracteriza por tener más órganos autónomos —10 órganos constitucionales—, no hay en los referentes comparados, sistemas constitucionales que tengan tantos órganos autónomos como los hemos tenido.

La idea guía que ha estado detrás de su creación ha sido primero: especializar las funciones que cada vez se vuelven más complejas, más técnicas. Pongo de ejemplo, el Instituto de Telecomunicaciones, también el Instituto Electoral tiene cosas complejas; el manejo de la cuestión monetaria que le corresponde al Banco de México. En segundo lugar precisamente al lado de especializar, el fundamento era sacar de la órbita de control del Ejecutivo decisiones que no deberían ser tomadas con criterios políticos sino criterios técnicos.

El antecedente del Banco de México es muy importante, antes la política económica la manejaba el Poder Ejecutivo y cuando era necesario se prendía la maquinaria para producir más dinero y eso nos llevó a situaciones ya conocidas de crisis económicas.

Esa fue la idea de crearlos, pero hoy en día se ven en una tesitura de demostrar la valía para la que fueron creados, en un contexto de lo que creo que les está pasando factura, es que si bien es cierto todos estos órganos tienen autonomía constitucional reconocida y están ahí un cumulo de atribuciones muy importantes, pero la dinámica política hizo que muchos de estos órganos estuvieran cooptados.

¿Por qué?, porque cuando había designaciones lo que hacían en las cámaras era repartirse los lugares, si había 9 lugares decían: bueno tres, tres y tres o cuatro, tres y dos. Ese sistema de cuotas de los partidos hoy está pasando factura porque si hay algo que seguramente está impulsando la visión que tiene Morena, es que quienes han colonizado los órganos autónomos fundamentalmente han sido el PRI, el PAN y después el PRD.

Recuerdo cuando se integraban los órganos electorales, el PRIAN fue el que distribuyó el sistema de cuotas de todos los lugares, ahora sienten que habido una colonización y ellos —Morena— no la han hecho. En ese sentido, dicen, dado que no son los nuestros, dado que no tenemos representantes políticos nuestros, lo mejor es quitar este esquema de autonomía y volver a un esquema directo de nominación, y si a esto le agregamos los factores burocrático, económico, pues es verdad.

A nosotros nos encanta crear estructuras de instituciones amplias, crear grandes instituciones con un número de burócratas muy amplio, con prestaciones muy elevadas y hoy quien lo ve desde esta perspectiva dice: son instituciones muy grandes que nos cuestan mucho dinero, si metemos todos estos factores, seguramente son algunos de los motivos que están impulsando esta óptica de decidir ir tras los órganos autónomos.

 

Lo peor, ser acomodaticias

Para el autor del libro Constitucionalismo. Dos siglos de su nacimiento en América Latina, los órganos autónomos deben realizar a sus burocracias y retomar su sentido como contrapeso del poder.

Desde esta perspectiva —dice el universitario—, ¿qué tienen que hacer estos órganos? Mal harían en doblegarse y decir: si antes teníamos una mayoría que era a favor de un partido o de otro, ahora nos doblegamos para que no nos suceda nada. Hay algunos indicios de que en algunas instituciones ya están empezado a acercarse al nuevo gobierno para no incomodarlo y decir, mientras no nos toque, nos podemos acomodar.

Lo peor que le puede pasar a estas instituciones es ser acomodaticias porque en el fondo, cuando vemos la idea que las impulsó, es que son instituciones que ejercen controles en el ejercicio del poder, controles a partir de decisiones absolutamente técnicas. En ese sentido lo peor que podemos hacer es decir: antes eran instituciones que bajo el sistema de cuotas servían al gobierno cuando estaba del lado del PRI, del lado del PAN y ahora se van a poner del lado de Morena, eso sería incorrecto.

Hoy tienen que demostrar su total independencia y su total autonomía y a nosotros nos corresponde decir por qué vale la pena que se queden.

¿Se deben quedar como están?

No, porque ha habido un gigantismo de las instituciones. Si hoy vemos el tamaño del INE, nos damos cuenta de que ha crecido de una manera muy fuerte, así como otras muchas instituciones. Lo que sí se puede realizar es algún ajuste para que estas instituciones retomen su sentido original, no ser grandísimas burocracias y tratar de que lleguen a decisiones razonables para su reducción.

Con esta mayoría que tiene Morena en las cámaras, tendrá margen para negociar los nombres de a quiénes relevarán en los órganos autónomos. ¿Qué sucederá si se continúa con el esquema de las cuotas?

El nuevo gobierno tiene que darnos muestras de qué tipo de gente van a tener. En todo el sexenio viene un conjunto de designaciones muy amplio, estamos en la antesala de que cambie la Corte, en marzo; el próximo año el Consejo de la Judicatura Federal también cambia drásticamente con 5 de sus integrantes. El próximo año la CDNH también cambia de titular, además vienen cambios de 3 o de 4 consejeros electorales del INE.

Ahí viene, sin hacer mayores cambios, bajo un esquema de cuotas que en este sexenio los órganos autónomos pudieran estar repartidos entre gente cercana a Morena. Sin embargo, no podemos ir por la misma ruta, porque si no va a ser nada más decir que cambiamos de partido para que todo siga igual. El sistema de cuota va a seguir con las grandes mayorías que tiene Morena y podría nombrar a todos, sin necesidad de negociar nombres, pero probablemente dé a otros alguna que otra posición.

Estaría por que el nuevo gobierno diera muestra de poner a nombres con prestigio, con especialistas en cada una de las funciones para así apuntalar y hacer que esos órganos cumplan con su función original.

Hasta ahora hay iniciativas en el Congreso y, vamos a ver, creo que serían mensajes muy lamentables decir tengo una gran mayoría y puedo pasar por encima de todas las instituciones. Hoy más que nunca es necesario preservar la independencia la autonomía de estos órganos y que estos den muestras de que tienen las suficientes garantías para mostrarse independientes.

Repito, haciendo algunos ajustes, porque hoy en día sí vemos que puede haber muchos excesos y eso es lo que ha llevado a decir que hay una burocracia dorada, porque ciertamente son órganos que tienen salarios, al menos de quienes están al frente de las mismas, muy jugosos.

Hacer ajustes, manteniendo a esas instituciones con su autonomía e independencia y con un presidente que se obligue a respetar sus decisiones. Imagínese que la CNDH emita una recomendación y no les gusta, pues precisamente esa es la función de la CNDH, así como ahora se ha hecho frente al PRI y se hizo frente al PAN, se va a hacer frente a Morena si es el caso, por eso es importante mantener la solidez de esas instituciones.

Y también el contrapeso que va a significar la sociedad civil.

Sin duda, la sociedad civil, las otras instituciones, los académicos, todos, sí necesitamos ser un contrapeso para que estas instituciones se mantengan a flote cumpliendo con su función original.