Octavo AÑO. NÚMERO 156.

Recordando a David Antón

Cuando murió el escenógrafo David Antón, quien difundió la noticia fue Iván Restrepo y en la portada del diario La Jornada apareció una foto en que uno podía observar al propio Antón y a su pareja, el escritor Fernando Vallejo, en compañía de Iván Restrepo. Unos meses después, en la Facultad de Filosofía y Letras de la UNAM, se realizó un homenaje en que participaron Iván Restrepo y el maestro y director teatral José Luis Ibáñez. Ahora, en La cultura hoy, mañana y siempre, suplemento en línea de la revista Siempre! nuestra nota principal es el ensayo de Iván Restrepo que se leyó esa tarde y que puede leer en este enlace. Otro texto rememora igualmente, dos breves conversaciones, pero creemos que significativas, con el célebre escenógrafo. Vale la pena recordar que este suplemento tiene todavía en línea, la entrevista que Luis Terán le hizo a David, quien, como es sabido, era reacio a las entrevistas. Pueden leer el texto aquí.

Miguel Ángel Olvera Maciel y Vianney Carrera destacaron lo dicho por Restrepo y, además, captaron de viva voz los recuerdos de José Luis Ibáñez, tales como las veces en que cenó en casa de Antón con María Félix, Dolores del Río, María Douglas o Silvia Pinal. En la visión del director teatral destacan dos aspectos de David Antón; uno, su carácter ecléctico de trabajar con los más intelectuales universitarios, como el mismo José Luis en La vida es sueño de Calderón de la Barca, en el teatro comercial de Manolo Fábregas o incluso en el teatro de revista, como el Blanquita. El otro aspecto al que se refirió Ibáñez es que la compra de obras a Estados Unidos como Hello Dolly o Mame, parece que vienen en paquete, pero como los escenarios son diversos a los originales, hay que hacer una digamos “adaptación” a nuestros espacios. Ese trabajo, que los legos ignoramos, era realizado sin la menor falla por el perfeccionista David Antón. Puede consultar el texto de Vianney Carrera aquí y el de Miguel Ángel Olvera Maciel en este enlace.

Una nota cierra el número y habla de una puesta en escena que dejó huella allá por mayo. Esa obra se tituló Algo en Fuenteovejuna, la cual mezcló los versos del gran Lope de Vega con la violencia actual en México. El director fue Fernando Bonilla, quien apenas hace unas semanas presentó en el Teatro Orientación, otra adaptación, esta vez de A ocho columnas del maestro de maestros Salvador Novo, pero de eso hablaremos en el próximo suplemento. Por ahora invitamos a los lectores a rememorar aquella puesta en escena en el texto de Karla Ximena Salinas. (C.G.)