Al mar le gusta la impunidad y por eso
borra toda huella en la playa.
Ramón Gómez de la Serna
De tanto observar el panorama nacional, no puedo dejar de opinar sobre las contradicciones que aun sin gobernar, Andrés Manuel López Obrador y sus mas cercanos colaboradores y próximos miembros del gabinete gubernamental, un día sí y otro también, producen, como si de una competencia para ver a quién se le da la mayor ocurrencia o propuesta sin sentido; no es anecdótico lo que digo, esos personajes que hoy vemos diciendo una cosa o la contraria horas o días después son quienes tendrán en sus manos los destinos de la cosa pública.
Sí, ellos serán los responsables de la toma de decisiones y del rumbo que tome la economía, la seguridad, el desarrollo social, las inversiones, las tasas económicas, el alza o baja de los mercados, las políticas publicas, la inversión, exportación, generación de energías, campo, investigación, educación, salud y un largo etcétera de funciones, acciones y decisiones en muy diversos campos, que afectarán o beneficiarán al país y sus instituciones.
Más seguro lo primero que lo segundo, y me atrevo a afirmarlo categóricamente por la cantidad de incongruencias, contradicciones y ambivalencias en muchas de las acciones que hemos visto en el equipo de transición presidencial del presidente electo. Me llega a la memoria el nombre del escritor italiano Giuseppe Tomasi di Lampedusa quien, en la única obra literaria que produjo, creó una teoría que al paso del tiempo se arraigó y hoy nos sirve para describir conductas de los gobernantes en temas económicos o políticos.
“Gatopardismo” es el concepto; en traducción mexicana estaríamos hablando del aforismo “es la misma gata, pero revolcada”. Según este escritor nacido en Palermo, se trata de una serie de acciones y determinaciones que indican cambios que los ciudadanos perciben como muy profundos, la realidad es que se trata de un plan perfectamente orquestado en el que se hace creer que todo cambiara pero la realidad es que nada sucederá y todo seguirá igual.
“Que todo cambie para que todo siga igual” parece ser la consigna de quienes gobernarán el país dentro de pocas semanas. La boda fastuosa de uno de los mas cercanos y antiguos colaboradores de López Obrador, es un claro ejemplo de todo lo que se criticó, de lo que los ciudadanos hartos de lo mismo querían que se acabara al darle el poder a Morena, del aeropuerto que con posturas en contra o a favor llevaba más del 30 por ciento de avance, y con una amañada propuesta de consulta, al final la decisión de AMLO es la que misma que ya tomó desde hace mucho tiempo.
Lo mismo en seguridad publica, donde los militares seguirán en las calles, que en los combustibles donde la gasolina y el gas seguirán aumentando; así como en la economía donde las políticas económicas serán las mismas, y qué decir de la pobreza y la corrupción, todo seguirá igual.
@perezcuevasmx
perezcuevasmx@gmail.com

