Kenia López Rabadán

De acuerdo con la Organización Mundial de la Salud, cada año se detectan en el mundo más de un millón trecientos mil casos de cáncer de mama; aproximadamente 15 mexicanas mueren al día a causa de este mal.

Las mujeres, así como los hombres, experimentamos diversas afecciones de salud, no obstante, hay situaciones que afectan de manera importante al sector femenino y que además requieren atención especializada.

De acuerdo con el INEGI, las enfermedades del corazón, la diabetes mellitus y por supuesto el cáncer de mama son de las principales causas de muerte en mujeres.

Octubre rosa es un movimiento mundial que pretende concienciar a la sociedad, mujeres y hombres, sobre la detección oportuna del cáncer, pues según la OMS, de detectarse a tiempo aumentan significativamente las posibilidades de un tratamiento con resultado exitoso.

Esta iniciativa se remonta a octubre de 1983, cuando en Texas se realizaba el primer evento de concienciación sobre esta enfermedad, la primera “Carrera para la cura”, desde entonces el acontecimiento se replicó en todo el mundo.

A finales del siglo XX, durante una carrera en la ciudad de Nueva York, surge el símbolo distintivo de esta campaña mundial por la concienciación: un lazo rosa que conmemora a las víctimas de esta vil enfermedad.

Considero que este mes debe ser una demanda a la conciencia colectiva para prevenir enfermedades como el cáncer de mama; sin embargo, deseo aprovechar este contexto para advertir de otras inconveniencias que afectan principalmente a las mujeres.

Me atrevo a decir que la pobreza extrema, la ignorancia, la desigualdad, la corrupción son problemáticas tan graves que generan decesos de cientos de mujeres todos los días.

Lo anterior provoca que enfermedades como el VIH- sida tengan alta incidencia en mujeres de 15 a 24 años, pues en algunas comunidades de México son vulnerables al contagio, por el alto grado de marginación y la limitada información sobre educación sexual, pues en algunos casos se tienen tabúes sobre el acceso de las mujeres a los servicios de salud como, por ejemplo, a la ginecología o la obstetricia.

Considero pertinente acotar que, con base en información proporcionada por la Unidad de Género del Senado de la República, en nuestro país, solo 83.7 por ciento de las mujeres cuenta con afiliación a algún servicio de salud, y es que aunque en algunos estados como San Luis Potosí la cobertura es mayor a 90 por ciento, en algunos otros como Michoacán, Puebla, el Estado de México, no se llega a estas cifras.

Se debe mejorar la cobertura de la seguridad social en nuestro país pues todo individuo debe estar protegido por el sistema de salud además de tener acceso a este sin importar sus recursos.

La salud es un derecho humano fundamental, consagrado en el artículo cuarto de nuestra carta magna que a la letra dice: “Toda persona tiene derecho a la protección de la salud…” esto significa que debemos tener acceso todas y todos sin distinción alguna cuando y donde se requiera.

El Estado mexicano debe velar en todo momento por crear políticas públicas y programas para combatir la ignorancia y estigmas, la desigualdad, la pobreza, además de velar por otros derechos humanos como el acceso a la sana alimentación, vivienda digna, educación, entre otros.

Octubre es pues el mes de la lucha por la conciencia, conocer nuestro cuerpo debe ser una tarea de todos los días.

Insto a las autoridades a comprometerse con una agenda de género y de salud para proteger, velar y salvaguardar la vida e integridad de las mujeres mexicanas y así cumplir a cabalidad lo consagrado en el artículo constitucional antes mencionado.

A las mujeres que luchan día a día contra cualquier tipo de dolencia les expreso mi solidaridad y más grande admiración, ¡quiero decirles que se puede!, en la naturaleza de las mujeres está la fuerza y entereza para superar cualquier obstáculo.

¡Cada mujer que lucha y gana la batalla inspira a las demás a no rendirse jamás!