“No hago cine para la industria, filmo para cumplir sus sueños y fantasías”, afirmó el reconocido realizador británico, Peter Greenaway, durante su conferencia “Eros y Thanatos”, presentada en la Feria Internacional del Libro (FIL) Zócalo 2018.

Durante la charla, el cineasta, pintor y escritor dio un recorrido a los asistentes por gran parte de su trayectoria de más de cinco décadas, convencido de su clara filosofía de vida: “tengo 76 años, el máximo evento que voy a tener pronto va a ser la muerte, tengo cuatro hijos, ya Eros está atrás de mi, pero se que en este momento tengo una posición privilegiada que me ha permitido dedicarme a la escritura, a la pintura y al cine, ahora intento vivir bien”.

Para el creador, quien inició sus estudios de pintura a los trece años, los problemas más grandes en el planeta es la sobrepoblación y la contaminación, explicó que en algún momento vamos a tener que emigrar de este mundo, y otros van a venir a poblar la Tierra, ahí habrá un choque de culturas, lo que provocará muerte y caos.

Durante una entrevista exclusiva con el diario Milenio, dejó claro que actualmente esta por llegar una barbarie cultural, por lo que será labor de todos, combatirla, pues el arte debe ser provocador, porque “sirve para no perpetuar el statu quo y hacernos pensar fuera de rango, en lo que estamos acostumbrados”.

El artista señaló que no tiene predilección por alguna de sus disciplinas artísticas, porque no existe una delimitación de los productos culturales, no obstante, afirmó que en el cine, donde se funde la imagen, el sonido, iluminación y el vestuario la convierte en un concepto multidisciplinario: “y eso es lo que más me interesa, recuperar la idea de una obra íntegra”.

Greenaway insistió y pronosticó nuevamente la muerte del cine tal y como lo conocemos hasta ahora. Advirtió que el séptimo arte puede ser suplido a corto plazo  por la desarticulación en la manera de ver el cine, pues ahora se opta por un consumo más intimo.

“Con las nuevas tecnologías, el internet, los celulares multifuncionales, etcétera, el cine ha sido desplazado, la gente ya no va al cine sino por nostalgia. Los festivales son una resistencia y también una mafia ostentosa”.

Provocador nato, Greenaway se distingue por un cine visualmente recargado y barroco que sacia los sentidos, dándole prioridad a la composición, y a los homenajes a la pintura Renacentista y Flamenca, por encima de la narrativa. Convencido de que el cine aún tiene que desarrollarse y reinventarse, cuenta con defensores a ultranza pero también muchos le evitan por intolerable.

Greenaway ha realizado cortometrajes para la BBC, el British Film Institute y Channel Four. En sus películas está implícita su formación como pintor y cineasta experimental. Sus filmes han sido influidos por el lenguaje estructural así como por la teoría del montaje creada por Eisenstein. Entre sus largometrajes destacan The Falls (1980), La panza del arquitecto (1987), Drowning by Numbers (1988) y El cocinero, el ladrón, su esposa y su amante (1989).