Como país pilar de la Unión Europea, Alemania tiene un gran peso en la economía mundial. Una de los sectores más lucrativos que tiene al igual que otros miembros eurocomunitarios, es el armamentista. Este martes, la canciller Angela Merkel pidió a sus colegas imponer un bloqueo en la venta de armas contra Arabia Saudita; esto por la incertidumbre que ha causado la muerte del periodista Jamal Khashoggi, de quien se sospecha fue desaparecido por órdenes de la familia real saudita.

El llamado de Merkel es una clara demostración de fuerza con el que busca presionar al reino árabe a que aclare el paradero del ahora ex colaborador del Washington Post, quien ejercía un periodismo crítico y en defensa a las libertades y derechos humanos, en un país que se ha caracterizado por aplicar su terrible mano dura contra la población.

“Es una decisión puramente nacional”, dijo Federica Mogherini, alta representante de Política Exterior de la UE, al referirse a la suspensión de la venta de armas, aunque hay voces como la de Wolfgang Schäuble, actual ministro de Economía alemán, que consideró que “no tendrá consecuencias positivas si sólo somos nosotros los que dejamos de exportar y son otros países los que cubren ese hueco”. En otras palabras; “o todos o nadie”.

El llamado tiene lugar un día después que el régimen saudita presentara un video donde supuestamente Jamal abandonaba el consulado en Estambul, algo que la prensa internacional considera que es un montaje para liberar de presiones al príncipe heredero Mohamed bin Salmán, de quien se sospecha fue quien ordenó la eliminación del periodista.

De hecho, Alemania sigue vendiendo armas a Riad y hay contratos ya firmados que están pendientes de cumplir; hasta ahora no se sabe si estos serán suspendidos, pues son pedidos cuyos pagos ya fueron hechos por la monarquía árabe.

“No es la primera vez que incumplen la promesa de no exportar y pueden incumplirla de nuevo”, dijo Omid Nouripour, responsable de política exterior del grupo parlamentario de Los Verdes. “No se trata sólo de suspender las ventas futuras, sino de cancelar los proyectos ya aprobados”, añade. “El caso de Jamal Khashoggi es solo la punta del iceberg en un país responsable de la guerra de Yemen, además de un violador constantes de derechos humanos”, agregó.

Sucede que Arabia Saudita es el segundo país que más armas compra a Berlín. Tan sólo entre enero y septiembre de este año se aprobaron ventar por 416.4 millones de euros, sólo después de Argelia.

Sólo para que lo sepan: La Unión Europea puede recurrir a medidas como imponer un boicot en la venta de armas si considera que éstas se usan para cometer violaciones a los derechos humanos o si infringen las normas humanitarias internacionales. En el caso de Arabia Saudita, ha estado involucrado en una guerra directa contra Yemen, lo cual ha motivado al bloque europeo a considerar una negativa en las licencias de venta armamentista.