“En determinado momento ganarse la vida como reportera fue tan imposible como para cualquiera. Pasé años dando clases, sin dejar de reportear nunca. Creo que ya estamos al final de ese ciclo y si algo tengo claro es que el periodismo es indispensable”, expresó en entrevista para el diario El País, Alma Guillermoprieto, reportera mexicana con una trayectoria de cuatro décadas, reconocida con el premio Princesa de Asturias de Comunicación y Humanidades.

“Mi gran peligro es que soy muy empática. Creo que los entrevistados más sagaces, digamos, lo captan perfectamente y se aprovechan de eso. Cuando he cometido errores ha sido por eso. Yo soy una gran manipuladora como entrevistadora, pero creo que también los entrevistados saben manipular”.

Comprometida con su profesión, señaló en la entrevista que se vive un surgimiento de nuevos medios de comunicación, pues se ha vuelto como “chic” para los multimillonarios tener en su poder su propio medio, “es como una forma de estar a la moda”.

“En determinado momento ganarse la vida como reportera fue tan imposible como para cualquiera. Pasé años dando clases, sin dejar de reportear nunca. Creo que ya estamos al final de ese ciclo y si algo tengo claro es que el periodismo es indispensable. Como es indispensable y un oficio enamorador, surgirán nuevos medios”.

Guillermoprieto, quien fue una de las dos reporteras que reveló la masacre de civiles en El Mozote (El Salvador), agregó que el periodismo necesita más cuadernos y menos egos: “a los tímidos el cuaderno los liberó del ego, porque la timidez también es una forma de ego. Uno está muy obsesionado consigo mismo”.

La reportera que se mudó a Nueva York con su madre durante la adolescencia y que posteriormente se trasladó a La Habana para impartir clases de danza, comenzó su trabajo periodístico a finales de los años setenta como reportera para el diario británico The Guardian. Allí cubrió la insurrección nicaragüense, mediante la que el frente sandinista derrocó a la dictadura de la familia Somoza. “Uno recuerda las cosas como cree que fueron (y, las más de las veces, como quisiera que hubieran sido) y luego las cuenta como mejor puede”, mencionó Guillermoprieto sobre aquella experiencia que la sedujo durante su camino de revolucionaria después del golpe en Chile.

Alma Guillermoprieto también trabajó como jefa de la corresponsalía para América del Sur del semanario Newsweek, una tarea que desde 1989 desempeña para las revistas The New Yorker y The New York Review of Books. En sus colaboraciones, la próxima premiada el 19 de octubre, ha destacado por su “escritura clara, rotunda y comprometida”, según declara el acta del jurado en su fallo.

“Por su larga trayectoria profesional y su profundo conocimiento de la compleja realidad de Iberoamérica, que ha transmitido con enorme coraje también en el ámbito de la comunicación anglosajona, tendiendo, de este modo, puentes en todo el continente americano”, ha destacado la nota donde se da a conocer el Premio Princesa de Asturias de Comunicación y Humanidades 2018.

La también escritora, miembro de honor de la Academia Americana de las Artes y las Ciencias, ha sido galardonada por la Fundación Ortega y Gasset el año pasado, además de ser nombrada profesora visitante del Centro para Estudios Latinoamericanos de la Universidad de Chicago y maestra de la Fundación Gabriel García Márquez para el Nuevo Periodismo Iberoamericano.