El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, construyó una parte importante de su fortuna gracias a prácticas fiscales dudosas y, en algunos casos, claramente fraudulentas, según una investigación publicada por el diario The New York Times.

El periódico, que ha analizado un amplio archivo de declaraciones de impuestos y otros documentos, destaca además que a lo largo de los años Trump recibió de su padre el equivalente a más de 413 millones de dólares, lo que contradice sus repetidas afirmaciones asegurando ser un multimillonario hecho a sí mismo. Según el Times, gran parte de ese dinero llegó al mandatario gracias a que éste ayudó a sus padres a evitar impuestos.

Entre otras cosas, el periódico destapa que Trump y sus hermanos crearon una empresa falsa para esconder millones de dólares procedentes de sus progenitores y que minusvaloraron enormemente los activos del negocio inmobiliario de su padre para evitar el pago de grandes cantidades de impuestos cuando se hicieron con él.

En total, The New York Times calcula que Fred y Mary Trump transfirieron a sus hijos una fortuna de más de 1.000 millones de dólares por la que apenas pagaron al fisco 52,3 millones. Según el diario, el presidente estadounidense se negó durante las últimas semanas a ofrecer comentarios sobre esta información.

El artículo sí incluye una respuesta por parte de un abogado que representa a Trump, Charles J. Harder, quien asegura que las acusaciones de “fraude y evasión fiscal son falsas al cien por cien”. Según Harder, Trump había delegado todas estas tareas a familiares y profesionales y prácticamente nunca se ocupó de cuestiones fiscales.

The New York Times, mientras tanto, describe en detalle cómo el constructor Fred Trump facilitó importantes cantidades de dinero a su hijo, el ahora presidente, durante muchos años, a menudo con fórmulas “creativas” para esquivar los impuestos a pagar por donaciones y herencias. Según el periódico, en los últimos años de vida del patriarca de los Trump, esa responsabilidad pasó a sus hijos.

También destaca la creación en 1992 de una empresa que, valiéndose de facturas infladas, se utilizó para transferir millones de dólares del negocio de Fred Trump a sus hijos y otros familiares, apunta el periódico.