Actualmente, como consecuencia de su naturaleza, algunos trastornos han permanecido en el anonimato o simplemente no han sido tratados de una manera pública, más aún cuando existen muchos mitos al respecto y atañen a los hombres como pacientes de alguna enfermedad. Tal es el caso de la disfunción eréctil, la cual se define como la incapacidad para conseguir una erección o mantenerla con la suficiente firmeza para tener una relación sexual.

Cabe destacar que tener problemas de erección de vez en cuando no es necesariamente un motivo para preocuparse. Pero si es un problema continuo, sin embargo, puede provocar estrés, afectar la confianza en sí mismo y causar problemas en las relaciones de pareja.

Los problemas para conseguir o mantener una erección también pueden ser un signo de una enfermedad no diagnosticada que necesite tratamiento y un factor de riesgo de males cardiacos. Esta sintomatología debe persistir durante seis meses para ser considerada una patología. Además, debe haber un fallo cada cuatro relaciones sexuales para que el hombre empiece a sospechar que tiene un problema más allá de una simple casualidad.

Se estima que casi todos los hombres algunas veces experimentan una dificultad para lograr o mantener una erección.

“La disfunción eréctil es un síntoma principal en la medicina sexual masculina. Los nuevos tratamientos por vía oral han cambiado completamente el abordaje diagnóstico y terapéutico de la disfunción eréctil, pero realmente pueden existir muchos factores que lo propician, por lo que lo principal es desmitificar la enfermedad y que los pacientes afectados acudan al médico”, destacó el doctor Yair Muñoz Contreras, urólogo del Hospital DioMed.

Y cifras publicadas por la Secretaria de Salud mencionan que la disfunción eréctil afecta a por lo menos al 55 por ciento de los hombres mayores de 40 años, aunque cada vez dentro de la consulta diaria pacientes más jóvenes lo padecen.  Por su parte, un estudio realizado en Estados Unidos a gran escala denominado Massachusetts Male Aging Study destacó que los varones que empezaron a hacer ejercicio a una edad madura presentaron una reducción del riesgo del 70 por ciento con respecto a los varones sedentarios y una incidencia significativamente menor de disfunción eréctil  durante un periodo de seguimiento de ocho años de ejercicio regular.

Por ello, el doctor Muñoz Contreras menciona algunas de las causas más comunes que pueden propiciar el padecimiento.

Diabetes

Altera el endotelio vascular y disminuye la circulación, por lo que el caudal de sangre que llega al pene es menor.

 

Hipertensión arterial

Es una la segunda causa más frecuente y lo que produce es una vasoconstricción periférica de los vasos sanguíneos que dificulta la circulación de la sangre al pene.

 

Colesterol elevado

Esto provoca que se endurezcan las paredes de las arterias, con lo que se contraen y no se dilatan lo suficiente para permitir el paso del flujo sanguíneo.

A medida que se envejece, es posible que se tarde más tiempo en tener una erección y que esta no sea tan firme. Para lograr una erección y mantenerla, podría necesitarse más contacto directo en el pene.

Otros factores de riesgo que pueden contribuir a la disfunción eréctil:

Tabaquismo: limita el flujo de sangre a las venas y arterias y con el tiempo provoca enfermedades crónicas que generan disfunción eréctil

 

Sobrepeso: especialmente si se es obeso.

Determinados tratamientos médicos: cirugía de próstata o radioterapia contra el cáncer.

Lesiones: en particular si dañan los nervios o las arterias que controlan las erecciones.

Medicamentos: antidepresivos, antihistamínicos y antihipertensivos, el dolor o de la próstata.

Psicológicos: estrés, ansiedad o depresión.

Alcoholismo y drogas: en especial si se consume drogas o alcohol desde hace tiempo.

Lo anterior es un claro ejemplo de la prevalencia de esta enfermedad dentro de la sociedad, por lo que mantener un estilo de vida sana siempre será un factor que ayuda. Si el hombre está preocupado acerca de la disfunción eréctil, debe conversar con el médico, incluso si lo avergüenza. A veces, el tratamiento de una enfermedad no diagnosticada es suficiente para revertir la disfunción eréctil. En otros casos, podrían necesitarse medicamentos u otros tratamientos directos.