“Durante años pensé que literatura era una cosa de mujeres y maricones. Yo era el hijo mayor de un hijo mayor, en una familia proveniente de Brasil, y mi abuelo tenía miedo de que el heredero de su nombre fuera homosexual por dedicarse a la literatura”, confesó António Lobo Antunes, una de las grandes figuras literarias en lengua portuguesa, durante su charla con Laura Restrepo en la 32 Feria Internacional del Libro de Guadalajara.

El autor de novelas como Esplendor de Portugal y Memoria de elefante, recordó durante su participación sus motivaciones iniciales en la literatura y su manera de entender los libros, que un libro dentro del ser humano es como tener un niño, es estar embarazado: “piensas cómo va a ser, qué color tendrán sus ojos, cuál será su comportamiento. Un libro es una cosa viva, vive dentro de ti, de tus costumbres, hábitos y caprichos, es una cosa contra la que vas a luchar todo el día”.

Advirtió ante los asistentes que decidirse por el oficio de las letras, es estar consiente que no habrá tiempo para otra cosa, porque la lucha con las palabras, con la expresión o simplemente para poder crear un universo vivo, no es nada fácil.

“El problema es encontrar tu verdadera voz, librarte de las influencias, de las cosas exteriores a ti, lo cual cuesta mucho trabajo. No recomiendo a nadie que escriba, porque trae mucho dolor y sufrimiento, pero también mucha alegría, pues sientes que estás fundido con el mundo”.

También habló de Pedro Páramo, señaló que es uno de los libros mayores de la literatura universal de todos los tiempos. “Tenemos que aceptarlo por lo que es y pensar que estamos ante una obra maestra absoluta.

El también galardonado por el Premio FIL de Literatura en Lenguas Romances, lamentó además sobre la vida que actualmente llevan los mexicanos: “La vida aquí ahora es muy difícil para los mexicanos y me quedo furioso de que el señor Trump ponga una presión como ésta sobre un pueblo al que no conoce porque es un ignorante. Un pueblo con la cultura que tiene México y me aburre que miren de arriba hacia abajo a gente que es mucho más noble e importante que él, con un pasado más importante que el suyo. ¡Que se vaya a la mierda!”.