Bill Gates presentó en Pekín su apuesta para hacer frente a la crisis mundial de saneamiento: un retrete que no necesita agua ni sistema de alcantarillado porque usa químicos para transformar los desechos humanos en fertilizante.

La Fundación de Belinda y Bill Gates lleva años desarrollando este proyecto y, según dicen, está listo para su venta. Hay varios diseños del váter pero todos eliminan por separado sólidos y líquidos mediante procesos químicos, en la mayoría de casos quemándolos. Algunos ya están siendo probados en la ciudad sudafricana de Durban, donde también se están poniendo en marcha otros modelos que se alimentan de energía solar, explicó Gates en un vídeo difundido en su cuenta oficial de Twitter.

La rápida expansión de estos nuevos productos y sistemas de saneamiento que no necesitan conectarse a ninguna red podrían reducir drásticamente el número de muertes y el impacto de la falta de higiene en la salud de la población en los países más pobres, añadió.

Según la ONU, el 60 % de la población mundial no cuenta con instalaciones sanitarias adecuadas y casi 900 millones de personas en el planeta se ven obligadas a defecar al aire libre por no tener acceso a un aseo

Gates mostró durante la presentación un tarro lleno de heces para explicar que los desechos humanos pueden provocar enfermedades como la diarrea o el cólera, que ya causan cerca de 500.000 muertes de niños menores de cinco años cada año en todo el mundo, debido a enfermedades derivadas de esta falta de higiene.

Además, añadió que se ahorrarían más de 200.000 millones de dólares al año (más de 175.000 millones de euros). La suma que se pierde anualmente debido los costes sanitarios y la baja productividad provocada por la falta de un saneamiento adecuado.

Se han invertido más de 175 millones de euros desde 2011 para llevar a cabo este proyecto y Gates ha prometido que invertirá otros 175 millones más para lograrlo