La disidencia venezolana al chavismo está tratando de reconcentrar sus fuerzas en la lucha contra el régimen. Están charlando para cohesionarse de nuevo y formar un frente común que pueda volver a sacar a las calles las protestas contra la grave crisis humanitaria que está soportando la población del país. Pero, en el entretanto, Nicolás Maduro sigue con su plan de acción gubernamental, defendiendo que quiere lograr un acuerdo con la oposición y que éste pacto no se alcanza por culpa de sus rivales políticos.

En este sentido ha tomado la palabra este lunes Henrique Capriles. El dos veces candidato a la presidencia de Venezuela reivindicó la “negociación” como la mejor salida a la crisis política y económica que aqueja a la nación caribeña. Y es que el dirigente opositor se mostró dispuesto a “hablar con el diablo” si esto le permite poner fin a la “tragedia” que padecen sus compatriotas. Por ello, repitió la necesidad de encontrar una “solución política pactada, que significa una negociación, con otros actores“, haciendo referencia al respaldo de una comunidad internacional.

Por la solución de este país, y para que los venezolanos no sigan viviendo esta tragedia, si yo tengo que hablar con el diablo iría a hablar con el diablo“, expuso a un grupo de periodistas, si bien esclareció que en el presente no se dan las condiciones para que el Gobierno y la disidencia se sienten en la misma mesa, pues se desconocen mutuamente. Los diálogos se rompieron a comienzos de 2018 sin un resultado provechoso para ninguna de las partes.

Asimismo, manifestó Capriles que no ha desplegado acercamientos con sectores del oficialismo, pero sí conoce al gobernador del estado de Carabobo (centro), el chavista Rafael Lacava. Expuso que le encontró en su época universitaria y hace dos días avanzó que esa figura podría desbloquear las nagociaciones, pues Lacava calificó al opositor como “una persona con quien se puede hablar“. De esta manera el referente de la disidencia antichavista reforzó la postura tomada el 7 de agosto pasado, solo 3 días después del atentado con explosivos del cual salió ileso Maduro. Entonces, su solicitud de diálogo contó con el respaldo del excandidato a la presidencia Henri Falcón.

Lo cierto es que el Gobierno bolivariano y la oposición arrancaron las negociaciones a finales de 2017, pero estas acabaron pronto y sin dar fruto. Ambas partes pusieron fin con rapidez a la maniobra y se acusaron de romper los primeros acuerdos alcanzados. El antichavismo pasó a negarse a rubricar un documento de compromiso por considerarlo contrario a sus pedidos. Y en mayo, Maduro fue reelegido con un amplio margen para una nueva legislatura. Lo hizo a través de unas elecciones en las que no participaron los grandes líderes y partidos de la oposición por estar inhabilitados y por considerar que no existían garantías.

Por esto último, la oposición ha reafirmado que desconocerá el nuevo mandato de Maduro, así como lo han hecho varios países de la región latinoamericana. Capriles señaló en esta jornada, y a colación de esta tesitura, que a partir del 10 de enero se abrirá “una etapa desconocida” para los venezolanos. “(Porque) el manto de legitimidad muy cuestionado que cargaba este Gobierno, a partir del 10 de enero como lo ha dicho la comunidad internacional, cesa”, defendió. En ese día comenzará la nieva legislatura del dirigente chavista.

En el entretanto, este mismo lunes el chavismo reconoció un total de 9.675 homicidios registrados en Venezuela durante 2018. Según la información difundida por el ministro de Interior, Néstor Reverol, hubo una reducción de 27,7% en este indicador con respecto al año anterior, aunque publicó la relación de cifras de la seguridad nacional cinco semanas antes de que termine el año. Según el oficialismo, los delitos se han reducido en 28%.

Reveol expuso al canal estatal VTV que la tasa de homicidios alcanza a 30 por cada 100.000 habitantes. Y defendió que desde 2016 este indicador ha bajado 22 puntos. El estudio que han efectuado las autoridades señalan que los epidosios de este tipo se concentran en cinco estados del territorio venezolano: Miranda (centro), Zulia (noroeste), Aragua (centro), Bolívar (sur) y Carabobo (centro). Y en ese documento se afirma que el sistema destruyó 495.817 armas de fuego en este año.