Tras casi cuatro décadas en el Partido Acción Nacional, el ex presidente Felipe Calderón Hinojosa renunció la tarde de este domingo, al señalar la falta de democracia interna y asegurar que la camarilla que controla al partido ha abandonado por completo los principios fundamentales, las ideas básicas y las propuestas del PAN.

A través de una carta dirigida al presidente del Comité Ejecutivo Nacional (CEN), Marcelo Torres Cofiño, destacó que la elección interna por la dirigencia nacional, en la que Marko Cortés se perfila como vencedor, corrobora el control envilecedor y será una fiel expresión de la corrupción.

Recordó que además el diálogo sobre los problemas nacionales quedaron canceladas por decisiones cupulares e intereses personales y que ninguna de las candidaturas relevantes del partido han sido electas por los militantes, sino impuestas por designación.

De acuerdo con Calderón el daño a la democracia interna en el PAN es irreversible ante la manipulación que se ha dado del padrón de militantes, el uso indebido de los recursos, el condicionamiento de apoyo político a legisladores, alcaldes y gobernadores.

En respuesta, tras lamentar su salida, el CEN del PAN indicó que sorprende que Calderón no haga ninguna autocrítica ante los errores que señala, sobre todo cuando muchos de ellos comenzaron a incubarse y potenciarse cuando él tuvo el control del partido al ser Presidente de la República.

Una salida ya anunciada

Desde la semana pasada, Calderón había dicho que de no ganar su candidato, Manuel Gómez Morín. renunciaría al PAN y formaría un nuevo partido. Se sabe que el distanciamiento del ex mandatario se dio desde cuando era dirigente Gustavo Madero y se acentuó con la dirigencia de Ricardo Anaya.

En repetidas ocasiones, Calderón ha expresado su rechazo contra la marginación que realizó el anayismo al interior del PAN en contra de su esposa, Margarita Zavala, quien renunció al partido cuando se le cerró la posibilidad de ser candidata presidencial.

A través de su cuenta de Twitter, acusó a Marko Cortés de aprender bien de “su maestro” (Ricardo Anaya), y ahora traicionarlo, “la esencia de Marko Cortés es la traición, la corrupción y la hipocresía. Ahora traiciona hasta al propio Ricardo Anaya. No digo que no lo merezca, pero por lo menos se hubiera aguantado un poco antes de descararse para evadir su responsabilidad en el desastre del PAN”.