Unos 500 migrantes centroamericanos de la caravana que ha recorrido miles de kilómetros para llegar a EEUU se lanzaron este domingo sobre la valla fronteriza que divide a México de Estados Unidos en Tijuana. La policía estadounidense les recibió con gases lacrimógenos, al tiempo que cerraban la frontera.

Desesperados de estar hacinados en un albergue, al menos 500 migrantes que participaban en una manifestación se separaron de la marcha, que sumaba unas 1.000 personas, y se lanzaron, sin éxito, hacia la línea fronteriza de Estados Unidos.

Durante varias horas, grupos de migrantes permanecieron en distintos puntos de la línea entre Tijuana con Estados Unidos, mientras que la Casa Blanca decidió cerrar el paso fronterizo tanto de vehículos como de peatones.

“Se pararon unos amigos que iban a tirarse (del muro). Y nos tiraron una bomba y un americano nos hacía señas que nos iba a matar”, indicó a Efe Alexis, un migrante hondureño integrante de la caravana.

En una entrevista televisiva, el ministro de Gobernación, Alfonso Navarrete, indicó que aquellos que hayan participado en estos hechos “violentos” serán deportados de forma “inmediata”. Aseguró que un grupo de alborotadores dentro del contingente convenció a más migrantes, muchos de ellos mujeres y niños, a actuar ilegalmente al querer trepar el muro y cruzar la frontera. Afortunadamente, prosiguió, no se registraron heridos graves ni muertes, pese a una respuesta “muy agresiva” del gobierno estadounidense, y anunció que se reforzará con fuerzas federales la frontera.

Con los gases y los helicópteros sobrevolando a baja altura, los migrantes empezaron a replegarse aunque seguían sobre la línea fronteriza. Junto al muro de lado mexicano quedaron esparcidas ropa, cobijas y algunos objetos personales que los migrantes abandonaron para poder escalar el muro hacia Estados Unidos.

Este mismo domingo, horas antes del amago de entrada a Estados Unidos, Donald Trump pidió a México ser “muy inteligente” y frenar a las caravanas de migrantes antes de que estas alcanzaran la frontera entre ambos países, luego de criticar su gestión migratoria.

Unos 7.000 migrantes aguardan en estos momentos al otro lado de la frontera para poder presentar su solicitud de asilo, según datos del Departamento de Seguridad Nacional (DHS) de Estados Unidos