La crítica del presidente electo Andrés Manuel López Obrador a los órganos autónomos fue fuerte, particularmente hacia el Instituto Nacional de Transparencia al que acusó de ganar sueldos mensuales de 250 mil pesos “y nada han hecho para combatir la corrupción”.
Al contrario, apuntó, “cuando se fundó ese instituto decidieron que iban a mantener en secreto todo lo que se condonó de impuestos a las grandes contribuciones o en casos como el de Odebrecht; ya no más farsa”, para luego rematar que en su administración no habrá fiscalías para todo que solo engrosen la burocracia.
La declaración ha venido acompañada de iniciativas de reformas presentadas por su partido Morena para reformar la naturaleza jurídica de algunos órganos autónomos además de reducir los sueldos de funcionarios de alto nivel. Algunos politólogos han mostrado su preocupación por el interés del presidente electo en modificar esa naturaleza y otros más aseguran que estos organismos hoy se enfrentan a la encrucijada de consolidarse como contrapeso de su gobierno o someterse.
Siempre! platicó con el comisionado presidente del Instituto Nacional de Transparencia, Acceso a la Información y Protección de Datos (INAI), Francisco Javier Acuña Llamas, quien de entrada rechazó que los órganos autónomos hayan nacido al calor del voluntarismo de los gobiernos en turno. Aseguró que los comisionados del INAI no han sido timoratos ni temerosos y han emitido resoluciones poderosas, pero tampoco van a ser una institución que mediáticamente actúe como chivo en cristalería.
Recordó cómo estas instituciones nacieron a lo largo del proceso de transición y cómo le fueron arrebatados al Poder Ejecutivo: Banco de México, INEGI, Auditoría Superior de la Federación —alojado en la Cámara de Diputados— así como el IFAI.
Esta es la entrevista:
A Vicente a Fox —y no por su voluntad— siendo presidente de alternancia, se le arrancó el IFAI y la Ley Federal de Transparencia y Acceso a la Información Pública, que nació en 2002 para tener aplicación en 2003. El 12 de noviembre vamos a organizar en el INAI los quince años de evolución normativa institucional y procedimental de la transparencia y la protección de datos en México. Del IFAI al INAI y los actores que hicieron posible esa cirugía legislativa, constitucional, como el Grupo Oaxaca, que le fueron quitando al Ejecutivo enormes zonas de exceso que tenía y controlaba.
No, no son instituciones que hayan nacido como se ha dicho al calor del voluntarismo o del capricho de algunos gobiernos. Es indiscutible que todo lo que pasa por el parlamento, como los nombramientos, se permea de discusiones y negociaciones, se reclaman consensos y no están ajenos a cualquier tipo de negociación que puedan tener algún tinte, pero las personalidades que han encabezado en términos colegiados esta institución desde el IFAI, si se revisan sus biografías no se puede afirmar que no esté preparada o tuviera problemas de desprestigio institucionalmente reconocido por sus quehaceres y biografías.
Desde las primeras integraciones del IFAI ha habido grandes personalidades como María Marbán, el enorme Alonso Lujambio, Jacqueline Peschard. Más tarde Gerardo Laveaga, polémico, pero un gran intelectual y luego Ximena Puente, que es la etapa en que nosotros iniciamos, y a un servidor le ha tocado el segundo periodo de la integración INAI, que no es lo mismo.
El IFAI solo revisaba y supervisaba al Ejecutivo con sus más de 250 instituciones Pemex, SEP, SAT, Hacienda y las menores, pero no se puede comparar a las 862 que ahora supervisamos de manera permanente y respecto de las cuales resolvemos los recursos. Se cuadruplicó el trabajo del IFAI al INAI.
No somos cómodos
¿Cuál es la situación que hoy guarda el INAI, porque aunque hay muchas resoluciones importantes, algunas han pasado inadvertidas?
Los procesos para reconocer las instituciones son lentos, hoy hay spots publicitarios del Congreso, de la Suprema Corte y de otras instituciones que son históricas, con más de 200 años y todavía es necesario que a la sociedad se nos diga para qué es el Congreso de la Unión, la Suprema Corte de Justicia, los Tribunales de Circuito o los Juzgados de Distrito. Ahora con instituciones que no tienen ni 15 años, lógico, hay una gran incomprensión y un importante desconocimiento pero la institución empieza a anidarse en la confianza de la sociedad.
Y sobre todo con resoluciones muy importantes y controvertidas.
A finales de 2014 que llegamos, emitimos la resolución sobre Ayotzinapa, la más importante que se ha emitido en temas de derechos humanos y al año siguiente fueron las de San Fernando, Tlatlaya, Tanhuato y resoluciones poderosas para que se abriera la máxima información posible respecto de graves violaciones a los derechos humanos.
Abrimos una sección que se llama “Memoria y Verdad” junto con organizaciones no gubernamentales como se les conocía antes, hoy son de la sociedad civil, Fundar, Artículo 19, el Centro Agustín Pro, la Universidad Iberoamericana que son 15 casos desde la guerra sucia, Tlatelolco, el halconazo, desde el tremendo incendio del ABC, en Sonora.
No hemos sido una institución cómoda, pálida o temblorosa ante la autoridad. Hemos emitido resoluciones poderosas como la de Odebrecht, abrimos junto con el Archivo General de la Nación y con la UNAM, los archivos del 68 para consulta plena como información indiscutiblemente de connotación histórica.
Emitimos resoluciones implacables al gobierno en turno. Una sobre las bitácoras de los vuelos de la Presidencia de la República en los que hubiera tripulado el presidente de la república. ¿Qué pasó? Que el consejero jurídico de la presidencia llevó esa resolución ante la Corte y esta determinó que se cerrara, que como decía presidencia, eran de seguridad nacional, pero la abrimos.
También se abrió parte de los vuelos que hizo el exdirector de Conagua, y le hemos exigido al SAT que entregue la información de los nombres de los beneficiarios de las condonaciones y de las cancelaciones de los créditos fiscales, la CFE, al nuevo aeropuerto Internacional de la Ciudad de México y llevamos a cabo un monitoreo permanente, en el caso del escándalo del paso exprés en Cuernavaca y en la Estafa Maestra.
No hemos sido temerosos, ni timoratos pero tampoco somos un ariete que vaya a ser mediáticamente una especie de institución chivo en cristalería. Somos una autoridad técnica, jurídica que emite resoluciones para abrir información al sector público pero también que emite resoluciones para proteger la privacidad de los particulares en el sector público.
Aunque el gobierno entrante no hablado de una supresión de los organismos autónomos, sí plantean políticas de austeridad que pudieran afectar el funcionamiento de estas instituciones.
Lo que he escuchado del nuevo gobierno en los discursos del presidente electo es que va a respetar el orden público, lo cual es un deber porque él proviene de una decisión republicana que emana del orden público. El proceso electoral que le dio valor a su candidatura y luego a su elección, está dentro del marco de la ley vigente de la Constitución y las leyes vigentes.
Estas instituciones son preexistentes a que él llegue a ser gobierno y con independencia de que haya mayoría suficiente en las Cámaras, creo que hay un compromiso de su discurso y de sus principales asesores —que son con los que hemos hablado— y dicen reconocer la autonomía de las instituciones. Él ha dicho que va a respetar las resoluciones de estos órganos y creemos que éstas instituciones demuestran su independencia y su autonomía con el movimiento, andando.
Ajustes, ni de antojo o voluntad
Sin embargo, esa andanada en contra de la burocracia dorada y particularmente en el caso del INAI.
Son expresiones que desgraciadamente en algunos de los casos nos han tocado. Lo he dicho con cuidado y prudencia, los datos sobre nuestros sueldos y sobre los gastos del presupuesto de este ejercicio no están debidamente extraídos, no se corresponden. De los órganos constitucionales autónomos somos de los que tienen el presupuesto más austero, hay tamaños y proporciones y no voy a generar un debate sobre los otros órganos. Todos son importantes y existen porque han sido fruto de consensos parlamentarios y se han formado a lo largo de los últimos 20 años.
El IFE, el Tribunal Electoral y la Fepade son instituciones hijas de la transición democrática pero el IFAI nació cuando había alternancia, el IFAI convertido en INAI y el IFE en INE son hijas de la consolidación democrática.
Los valores de estas instituciones son de todo el país, no solo de quienes hagan gobierno temporalmente. Estas instituciones no nacieron por capricho de un gobierno o de otro, aunque hubiese habido acuerdos y consensos parlamentarios en los nombramientos, hay un consenso básico de las fuerzas políticas integradas en el parlamento, incluso de los que después se volvieron o son parte del nuevo partido o nuevos partidos que forman esta coalición los nombraron.
Hoy hay mayorías, ahora se dirá que los nombramientos que produzca el nuevo gobierno sólo porque hay más representantes de ciertos partidos, no tendrán el mismo valor. No, el valor de los nombramientos está en que sean personas aptas e idóneas. Los siete que han sido comisionados del INAI y los siete que somos ahora —dos nuevos— son personas plenamente con trayectoria, dedicadas al tema del derecho, a las ciencias políticas, al Estado y la democracia. Tienen mucho que decir y han dicho mucho a través del trabajo colegiado en las resoluciones que emitimos.
Algunos señalan que Morena busca colonizar los órganos autónomos.
Reconozco que hay quienes se han sentido preocupados y en los círculos de la academia y de los medios de comunicación hay voces que se conocen como agoreros de la tragedia.
Quiero pensar que vendrá una nueva etapa en que será reafirmado y confirmado que la austeridad y la anticorrupción serán las dos vías más visibles de sus lemas. Lo hemos dicho los comisionados frente a las autoridades que vinieron a la semana de la transparencia como la futura secretaria de Gobernación Olga Sánchez Cordero, le dijimos que no puede haber anticorrupción sin transparencia y la transparencia tiene que ser neutral. No puede ser parte del gobierno que haga una lucha decidida contra la corrupción, ni tampoco puede haber austeridad objetiva sin transparencia.
¿Dispuestos a hacer ajustes en el INAI?
Los ajustes no son ni de antojo, ni de voluntad. Si las leyes se reforman como parece para transformar estas decisiones a nivel del presupuesto que determine el Congreso en diciembre, será una cuestión que tenga que ver con la consonancia republicana. No es porque lo queramos hacer en términos de generosidad, entusiasmo o temor, son las decisiones que viven las instituciones que tienen un presupuesto asignado.
No hemos sido en lo absoluto una institución que despilfarre o derroche.
Somos una institución que trabaja de manera esforzada, lo podemos sostener con pruebas, con estadísticas, en el INAI seguimos siendo centro y epicentro de la visibilidad de los actores más diversos de la pluralidad mexicana.
A la semana Nacional de Transparencia que tuvimos, vino como ha venido siempre el jefe del Estado mexicano, al que le dije, usted viene hoy como jefe del Estado mexicano no como responsable de la principal administración pública del Ejecutivo federal, porque a esa si le hemos emitido todas las resoluciones y todos los fustigamientos y señalamientos.
Luego vino la próxima secretaria de la Función Pública Irma Eréndira Sandoval con un discurso fuerte, severo sobre la austeridad y estuvieron quienes van a ser del próximo gabinete de Hacienda Gerardo Esquivel y Arturo Vega, figuras clave en lo que es el gobierno de transición. Cerró con broche de oro Olga Sánchez Cordero con un discurso categórico, fuerte. Dijo que era importante revisar legalmente y jurídicamente a los órganos constitucionales autónomos y le contesté que la recibíamos con respeto, escuchamos su mensaje y lo único que le podíamos ofrecer con todo respeto es que nuestra neutralidad técnica, nuestra independencia y objetividad se vuelque a acompañar los procesos de quienes harán gobierno próximamente.
El INAI lo único que puede ofrecer es estar apegado a la ley vigente, a la Constitución y al marco legal, es ser igual de técnico, de neutral y objetivo y de independiente con quienes harán el nuevo gobierno.