MADRID.- A pocos días de las elecciones legislativas de “midterm”, y en plena campaña de las mismas, el “American Way of Life” —la codiciada forma de vida de la Unión Americana por todos los inmigrantes de la Tierra, núcleo básico de la sociedad del otro lado del Río Bravo (“north of the border”)—, está en el centro de la diana de la ultraderecha estadounidense.
Primero, el envío de por lo menos 14 paquetes explosivos a otros tantos personajes de la vida pública de Estados Unidos de América (curiosamente todos ellos identificados con el Partido Demócrata, contrario al republicano Donald Trump), entre ellos dos ex presidentes, Bill Clinton y Barack Obama, una Secretaria de Estado, Hillary Rodham Clinton, y ex candidata presidencial. Un ex vicepresidente, Joe Biden, un ex fiscal general, Eric Holder, aparte de miembros del Congreso, políticos, empresarios como George Soros, periodistas y activistas.
El viernes 26 de octubre, la policía de Florida detuvo a César Sayoc, de 56 años de edad, votante republicano con historial delictivo que se remonta a 1991, por robo, tráfico de esteroides y fraude. El sospechoso, nacido en Brooklyn, Nueva York, ciudad donde se interceptaron la mayor parte de los paquetes explosivos, es propietario de una vagoneta color blanco con las ventanas cubiertas por calcomanías de la campaña electoral del ahora presidente Donald Trump, algunas insultantes contra la cadena CNN, compañía periodística a la que se enviaron algunos de los paquetes explosivos. De resultar culpable de los crímenes que le impute la fiscalía (cinco delitos, entre otros el de amenazas a dos ex presidentes y transporte interestatal de explosivos), Sayoc podría recibir una sentencia de 50 años de prisión. Mientras se inicia el proceso en contra del sospechoso, el domingo 28 de octubre, tuvo que desalojarse un estudio de televisión en Nueva York por una supuesta bomba. Pueden haberse enviado otras.
Segundo, a nueve días de estos comicios —martes 6 de noviembre—, mediante los cuales se renovará por completo la Asamblea de Representantes (435 escaños, y un tercio del Senado, 35 curules de 100, así como buen número de gobernadores y legislativos estatales), en una sinagoga, llamada “El árbol de la viuda”, de Pittsburgh, una de las principales ciudades de Pensilvania, un antisemita confeso, Robert Gregory Bowers, de 46 años de edad, sin aparentes antecedentes crimínales, el sábado 27 de octubre, mató a 11 personas (ocho hombres y tres mujeres) e hirió a otras seis, armado con un rifle de asalto y tres pistolas, en un ataque que duró aproximadamente veinte minutos. Mientras disparaba, dicen algunos testigos, Bowers gritaba: “todos los judíos deben morir”. La policía informó que en un perfil que el atacante tenía en la red, aseguraba que “los judíos son hijos de Satán”. Al enfrentarse a tiros con los agentes, cuatro de ellos resultaron heridos, y él mismo. Fue capturado y llevado a un hospital para atenderlo de varia heridas. Puede ser condenado a la pena máxima. De acuerdo a datos de la FBI, la comunidad judía es el grupo religioso que sufre más delitos de odio en EUA.
Mientras se prosiguen las investigaciones en los casos del envío de paquetes explosivos —el director de la FBI, Christopher Wray, en una conferencia de prensa dejó claro “que no se trataba de bombas falsas”—, ni el presidente Trump, ni alguna otra otra autoridad se refirió a la detención de un “terrorista blanco”, eso sucede solo cuando los detenidos son latinos, negros o musulmanes. Por eso, Sayoc “no es terrorista”, solo un “republicano radical” con antecedentes penales.

En tanto la Unión Americana cada vez se enfanga más en una cadena interminable de crímenes con armas de fuego —ahora hasta se envían por correo paquetes explosivos—, se acelera la cuenta regresiva para los comicios de mitad de mandato. Más de 90 millones de estadounidenses podrán acudir a las urnas el 6 de noviembre, y una creciente oleada de odio ensombrece el escenario político de costa a costa del país.
El extremismo se apropia de EUA. De acuerdo a informes recientes, 121 asociaciones extremistas y neonazis han surgido en los últimos 12 meses. De acuerdo con muchos analistas, grupos radicales han reforzado sus mensajes gracias a un presidente como Donald Trump que ha favorecido esa campaña de odio en todos los niveles. En tales circunstancias los medios periodísticos, las mujeres, las asociaciones contra el racismo, la comunidad LGTB y una larga lista de grupos minoritarios han sido afectados por ataques directos o. Indirectos desde que el extravagante empresario dela rubia cabellera accedió al poder.
Los dos últimos casos de Sayoc y Bowers no son la excepción. A estos ejemplos de fanatismo radical se agrega el uso indiscriminado de las redes sociales para difundir ataques de “odio” sin control de ningún tipo. Twitter, Facebook y otras plataformas digitales se han convertido en la herramienta principal para propagar mensajes en tiempo real, el ejemplo más claro es el propio Trump, que “gobierna” por medio de sus abundantes tuits.
Desde que Trump llegó a la Casa Blanca es innegable el creciente apoyo a grupos radicales violentos y a su peligroso potencial de crecimiento. El antisemitismo es el mejor ejemplo. Un estudio de la Liga Antidifamación indica que los ataques contra judíos crecieron un 57% en el último año, hasta llegar a los 2,000. Poco antes del ataque a la sinagoga de Pittsburgh, la organización de defensa judía alertó del preocupante incremento de actos violentos antisemitas en la campaña de las elecciones de “midterm”. Dice el estudio: “Antes de la elección del presidente Trump, los ataques antisemitas eran pocos y excepcionales, incluso para los judíos estadounidenses más expuestos. Después de su victoria en 2016, el antisemitismo se ha normalizado y el acoso es algo que vemos a diario”. Este estudio de la Liga Antidifamación revisó aproximadamente veinte millones de mensajes en Twitter.

Por otra parte, la organización antirracista Southern Poverty Law Center (SPLC), informa que también aumentaron los movimientos antiinmigrantes y antihomosexuales. Y, de acuerdo a últimos sondeos, el “fenómeno Donald Trump” y sus diarias salidas de tono siembran el odio a lo largo y ancho de la patria del Tío Sam. Aunque EUA está más dividido que nunca en muchos sentidos, de la política ni hablar, tampoco se puede negar que los efectos de esta división no es fácil de prever. La competencia entre republicanos y demócratas irá más allá de una simple votación y las urnas tendrán la última palabra el próximo martes 6 de noviembre. Hay analistas que adelantan sorpresas desagradables para los contrarios de Trump. Ojalá y no.
Al conocerse el envío de las bombas artesanales —tan rudimentarias que afortunadamente ninguna estalló, hasta el momento—, Trump lanzó un mensaje de unidad, condenó los atentados —sin calificarlos de terrorismo—, y aseguró que era el momento de estar “unidos”, y denigró “los actos de violencia política”. Pero pronto cambió de tono y en uno de tantos mítines de campaña exigió a la prensa que tuviera “un tono cívico” y que terminara con la “inacabable hostilidad, constante cobertura negativa y muchas veces informaciones y ataques falsos”. El magnate nunca reconoció su protagonismo en la espiral agresiva del discurso público y pareció mofarse de su propio intento de rebajar la tensión: “?Ven lo bien que me estoy portando hoy?”, dijo a sus simpatizantes con una cínica sonrisa.
Al referirse a la matanza de fieles judíos en la sinagoga de Pittsburgh, al contestar una pregunta sobre el control de la venta de armas, Trump simplemente dijo: “Quizás el resultado hubiera sido diferente si la sinagoga hubiera tenido un guardia armado”. A lo más, el esposo de Melania agregó que habría que “revisar la ley sobre la pena de muerte para ciertos crímenes”.
Atentados frustrados o matanzas de inocentes —por cierto la más horripilante que haya sufrido la comunidad judía estadounidense en su historia en EUA—, todo lo sirve a Donald Trump que en estos comicios se juega el todo o nada. En estos momentos de polarización política, los consensos son difíciles. Si los republicanos pierden el control de una o las dos cámaras Trump pasará a la historia en un solo periodo presidencial. Por lo mismo, el mentiroso presidente está azuzando el miedo a la inmigración —por eso sus ataques a George Soros a quien acusa de patrocinar la marcha de los hondureños a EUA—, y alerta de una oleada izquierdista en la Unión Americana si los demócratas ganan terreno. Bombas caseras, matanza de inocentes en sinagogas o en cualquier templo, todo le servirá a Trump para tratar de que el Partido Republicano mantenga la mayoría en el Congreso.
De otra forma, los adversarios del hombre de la larga corbata, le dirán abur el próximo 6 de noviembre. VALE.




 
 