La Unión Europea es una asociación económica y política de 28 países y a la decisión británica de abandonar la Unión Europea —tras 43 años de ingresar en su antecesora, la Comunidad Económica Europea— se le llama comúnmente Brexit.

Este nombre es una abreviatura de dos palabras inglesas Britain por Gran Bretaña y exit que significa salida del Reino Unido de la Unión Europea, el cual es un proceso político en curso.

El Reino Unido entró a formar parte de lo que entonces se llamaba Comunidad Económica Europea (CEE) en 1973.

Cuando en 1985 se creó el espacio Schengen, formado por 26 países que abolieron sus fronteras internas, el Reino Unido decidió mantenerse al margen. En 1993 sí se integró al mercado único, que promueve el libre movimiento de bienes y personas como si los estados miembros fueran un solo país, pero no adoptó el euro y siguió teniendo su propia moneda, la libra esterlina.

El Reino Unido también quiere evitar la llegada de migrantes que se han ido hacia varios países de Europa y así reducir el número de extranjeros que llegan al país en busca de trabajo.

Respecto al Brexit, Donald Tusk, presidente del Consejo Europeo ha hablado así: “desde el principio no hemos tenido duda de que el Brexit es una situación en la que todos pierden y que las negociaciones sólo tratan de controlar los daños”.

“Déjenme decir a nuestros amigos británicos que por mucho que me entristezca verlos partir, haré todo lo que pueda para que este adiós sea lo menos doloroso posible, tanto para ustedes como para nosotros”, concluyó Tusk.

Los parlamentarios podrían haber bloqueado en su momento el Brexit pero los analistas coincidieron en que ir contra la voluntad popular hubiera sido un atentado que se hubiera volteado contra el mismo gobierno.

El jefe negociador de la UE, Michel Barnier le entregó a Tusk un texto del acuerdo con el Gobierno británico, un volumen de 585 páginas y 185 artículos, tres protocolos (sobre Irlanda, Gibraltar y Chipre) y varios anexos sobre la retirada “ordenada” del Reino Unido.

Por otra parte, Theresa May la primera ministra británica rechazó las sugerencias de que debería de dimitir tras las críticas que ha generado el acuerdo sobre el Brexit al que ha llegado con Bruselas. El diputado conservador Jacob Rees-Mogg confirmó la petición a su grupo para que la primera ministra británica sea sometida a una cuestión de confianza. El político “tory”, que encabeza a cincuenta parlamentarios del denominado European Research Group, informó que envió una carta con esta solicitud al presidente del grupo parlamentario, Graham Brady, para promover la elección de un nuevo líder.

El diputado explicó, que tomó está decisión porque el acuerdo técnico de salida del Reino Unido de la Unión Europea (UE) al que han llegado Londres y Bruselas no es un verdadero “Brexit” ya que para él May ha faltado a todas sus promesas que hizo respecto al Brexit, “como abandonar la unión aduanera, mantener la integridad territorial y prescindir del Tribunal Europeo de Justicia”.

Por ora parte la primera ministra británica, declaró que el Reino Unido no excluiría a Gibraltar de las negociaciones sobre la futura relación del país con la Unión Europea y mencionó que hay un protocolo sobre la cooperación entre Londres y Madrid.

Por su parte el ministro principal de Gibraltar, Fabian Picardo, manifestó que Madrid y Londres han alcanzado un acuerdo bilateral sobre Gibraltar independiente del acuerdo general del Brexit que regirá la relación entre España y la colonia británica. El pacto es el resultado de los contactos sobre cuatro memorandos de entendimiento y un acuerdo fiscal incluidos en el Protocolo de Gibraltar en el marco del acuerdo de salida entre el Reino Unido y la UE.

La primera ministra May compareció ante la cámara de los comunes antes de su viaje a Bruselas donde se reunió con el presidente de la Comisión Europea, Jean Claude Junker para tratar las últimas negociaciones sobre el Brexit.

La salida del Reino Unido de la Unión Europea restringirá las relaciones comerciales y financieras a ambos lados del Canal de la Mancha en un proceso que se prevé dure de dos a siete años. Hoy el 44 por ciento de las exportaciones británicas van a la UE que le suministra el 53 por ciento de sus importaciones. El Reino Unido podría negociar con la Unión Europea un acuerdo similar al de Noruega, que contribuye al presupuesto comunitario y tiene acuerdos en sectores como la pesca, pero no vota ni participa en la toma de decisiones. Si así fuera, Londres debería respetar la libre circulación de trabajadores europeos en su territorio, a lo que se oponen los partidarios del Brexit.

Si no se da un acuerdo, el gobierno del Reino Unido ha lanzado un serio mensaje sobre las consecuencias que un Brexit sin acuerdo tendría sobre el país. Entre ellas a continuación, cuatro que probablemente sean las peores para los británicos.

1.- Trabas para las empresas

Las compañías que comercien con la UE afrontarían mucho más papeleo. Sobre todo, en cuestiones de declaraciones de aduanas y seguridad.

2.- Costes extra para las tarjetas de crédito.

El Brexit encarecería el uso de las tarjetas de crédito en los países europeos.

3.- Escasez de medicamentos

Aunque incluyen planes de contingencia, la escasez de medicamentos sería una de las peores consecuencias.

4.- Sin acceso a las pensiones

Los británicos que viven en la UE podrían no tener acceso a sus pensiones si el Brexit se hace por la vía dura. Esto se debe a que el Reino Unido quedaría fuera del sistema de pagos de la UE.