Tras el respaldo de los Ventisiete a la salida del Reino Unido de la UE, Theresa May tiene por delante otro reto: conseguir el respaldo del Parlamento británico, algo que no tiene garantizado.

Varios diputados han adelantando que votarán en contra, incluso miembros del partido de la primera ministra británica, que está centrando ahora sus esfuerzos en “persuadirles” de que su acuerdo del brexit es el mejor al que se podía llegar, tal y como afirmó esta semana en una entrevista en la BBC.

Preguntada sobre cuál sería el “plan B” en el caso de que finalmente no consiga el visto bueno de la Cámara de los Comunes, May manifestó que se volvería “a la casilla de salida, con más incertidumbre y división”.

“Creo que si tenemos que volver a la Unión Europea a negociar no conseguiremos nada mejor, este es el acuerdo que funciona”, opinó, al tiempo que instó a los parlamentarios a “no frustrar el ‘brexit'” y responder al resultado del referéndum de 2016.

“Creo que lo que debe ser prioritario en el pensamiento de los diputados son los empleos de la gente, el futuro de la población y el futuro de sus hijos”, subrayó.

Con todo, preguntada por un ciudadano sobre si el Reino Unido estará mejor fuera de la Unión Europea, la primera ministra rehusó responder y manifestó que simplemente será “diferente”.

Además, tampoco aclaró si presentaría su dimisión en el caso de que su pacto no sea aprobado, insistiendo en que su trabajo ahora es “sacar adelante el acuerdo”.

El ministro británico de Economía, Philip Hammond, ha advertido, por su parte, de que si el Parlamento del Reino Unido no aprueba el acuerdo del “brexit”, la economía del país se volverá “caótica”.