Javier Vieyra y Jacquelin Ramos

En el municipio de Tamuín, en el estado de San Luis Potosí, se encuentra un importante sitio arqueológico perteneciente a la cultura teenek llamado Tamtoc, coloquialmente conocida como huasteca. Su hallazgo representó uno de los más importantes y ricos en cuanto a piezas, ofrendas y monolitos encontrados que guardan cuantiosos y fascinantes secretos de una cultura que, a pesar de no tener la misma cantidad de reflectores que otras, regala sorpresas y descubrimientos extraordinarios cuanto más se profundiza en ella.

Fertilidad, la característica

Uno de esos tesoros es la “Mujer escarificada”, mejor conocida como “la Venus huasteca” en alusión a la famosa Venus de Milo griega. Esta particular escultura se encontrará de visita en el Museo Nacional de Antropología del 6 de diciembre de 2018 al 31 de marzo de 2019 y la revista Siempre! conversó en exclusiva con la doctora Estela Martínez acerca de esta enigmática dama que, explica la arqueóloga, fue localizada en una ofrenda colocada en un manantial y está asociada con otros vestigios simbólicos.

“La escultura está relacionada con un monumento que se llama «La Sacerdotisa» que está formado, como su nombre lo indica, por una sacerdotisa en la parte central y dos mujeres decapitadas, una a cada lado de ella. En ese conjunto podemos ver como está representado el brote de sangre de sus cuellos cercenados y esta se convierte en un liquido precioso, en sangre preciosa. Entonces, estamos frente a un contexto de fertilidad, junto con el agua que era esencial para la agricultura que practicaban estos grupos”.

Y es la fertilidad el elemento que caracteriza por completo el fragmentado cuerpo de piedra arenisca que debe su nombre a las 280 escarificaciones que sobresalen de su anatomía y que, comenta la especialista, han sido interpretadas como representaciones de vegetación o maíz, pero también con el número de días en que gesta una mujer, que coincide con el ciclo de cosechas de la región. Martínez asevera que se trata del hermoso cuerpo de una joven de quince años y que además de estar finamente tallado, también está pulido, razón por la que brilla, aunque, puntualiza, no se ha encontrado el resto de las fracciones que la conformaban en su totalidad.

“La pieza fue encontrada rota. No contamos con la cabeza, ni con parte de sus pantorrillas y pies; no tenemos sus brazos completos, solo tenemos una parte de ellos, pero lo poco que falta nos habla de una pieza maravillosa. Tenemos un fragmento de su cabeza, muy pequeño, y observamos que era una cabeza que estaba rapada y tenia colocado encima un tocado de concha, es una pieza estéticamente muy bella, y que, arqueológicamente hablando, nos da mucha información”.

 

La mujer, aún vigente

La doctora en arqueología revela también la vigencia que mantiene “la Venus huasteca” en cuanto a la trascendencia de la feminidad en la zona potosina.

“Esta «Mujer escarificada» representa el rol y la importancia de la mujer y la belleza de su cuerpo. El rol de la mujer es muy importante todavía en la región huasteca, actualmente cada año se lleva a cabo un ceremonial por parte de los indígenas en este sitio, y este ceremonial lo encabezan las indígenas teeneks; llevan a la virgen de Santa Cecilia, la visten según sus costumbres y las mujeres son las que la cargan e inician la procesión, entonces es de suma prioridad el papel de la mujer en las ceremonias actuales”.

Finalmente, Estela Martínez destaca que de las 156 hectáreas que abarca Tamtoc solo 20 por ciento ha sido intervenido, por lo que falta un mundo por desenterrar, pero gracias a la emblemática figura se abrirá una oportunidad para que los mexicanos se acerquen a sus baluartes norteños.

“La exhibición de la pieza representa el conocimiento de un patrimonio cultural que pocos saben que existe. Me parece que es una muy buena ventana para la difusión del sitio arqueológico y la cultura huasteca en general”.