Irene Selser

En la 32 Feria Internacional del Libro de Guadalajara, Nicaragua y su crisis social tendrán un lugar especial con la participación de escritores de primer orden como el novelista Sergio Ramírez, Premio Cervantes 2017 y la poeta y narradora Gioconda Belli, dos figuras relevantes de las letras y la política del país centroamericano, inmerso desde el 18 de abril en una revuelta popular como no se veía desde hace 40 años.

Los dramáticos acontecimientos de estos 200 días desde el estallido de la rebelión ciudadana, pacífica y espontánea, contra el gobierno de Daniel Ortega y su esposa Rosario Murillo “no dejan de asombrarnos con su horror”, afirmó en días recientes la también activista Gioconda Belli, parte de la revolución sandinista de 1979-1990 de la que hoy sólo quedan jirones.

Belli recibió el 15 de noviembre el premio literario Hermann Kesten que cada año otorga el PEN Internacional, organización que defiende a escritores y periodistas perseguidos en todo el mundo.

La autora de libros emblemáticos como La mujer habitada, El país bajo mi piel, Waslala y El infinito en la palma de la mano entre muchos otros, presentará en la FIL su más reciente novela, Las fiebres de la memoria (Seix Barral) y también acompañará a su colega y ex vicepresidente de Nicaragua, Sergio Ramírez, en la presentación del encuentro literario “Contar a Centroamérica porque Centroamérica Cuenta”, cuya edición anual iba a ser suspendida en Managua.

“Este año vinieron acontecimientos trágicos para Nicaragua, hechos sin precedentes en la historia del país, que nos llevó a preguntarnos si seguíamos o no con los planes. Entonces decidimos que lo más prudente era suspender”, comentó en entrevista Sergio Ramírez, presidente fundador de la cita centroamericana.

“Nuestra idea ahora, con el respaldo de la FIL, es que este esfuerzo no muera y que el rostro de la literatura centroamericana se siga mostrando, y qué mejor que la FIL para esto”, anotó el premio Cervantes y Premio Internacional Carlos Fuentes a la Creación Literaria.

Gioconda Belli también celebrará los 20 años de la publicación de su novela La mujer habitada y compartirá su experiencia como escritora con mil jóvenes el viernes 30 de noviembre.

Al recibir en Berlín el premio Pen Internacional “por ser una mujer impresionante que desde hace muchos años lucha por los derechos de la mujer y la justicia social”, en palabras del escritor alemán Hermann Schulz, Belli, miembro de la Academia Nicaragüense de la Lengua, pronunció el 15 de noviembre un emotivo discurso centrado en la nueva e impensable coyuntura por la que atraviesa la patria de Rubén Darío, cuando una protesta ciudadana fue reprimida violentamente.

“¿Cómo no preguntarme ahora, por ejemplo, si valió la pena entregar mi juventud y buena parte de mi vida a una revolución que juzgué como lo más hermoso que me había tocado vivir?”, afirmó Belli en alusión al derrocamiento de la dinastía sandinista y cuando “hemos visto a uno de aquellos que lideró la victoria de la revolución, convertirse en un tirano”, dijo en alusión a Ortega, de nuevo en el poder en forma ininterrumpida desde 2007.

“Ser testigo del furor de un gobernante que, en defensa de su poder, ordena matar sin compasión a 500 o más nicaragüenses en sólo seis meses, ver cómo el gobierno de Daniel Ortega y su esposa Rosario Murillo encarcela jóvenes, acusa a cientos de personas de terroristas por el delito de marchar y protestar, ver una policía de la cual por largo tiempo nos enorgullecimos convertida en acompañante de una fuerza paramilitar lanzada contra la población, con licencia para matar, detener y torturar fuera de toda ley; ver que se atropellan nuestros derechos constitucionales, que se castiga a los médicos por atender heridos opuestos al régimen, que se nos prohíbe el derecho de reunión y de manifestación, que se golpea y persigue a los periodistas, que se limita nuestra libertad de expresión y que miles de jóvenes deben salir al exilio, no sólo es motivo de dolor sino de pavoroso cuestionamiento”, añadió la escritora, Premio Sor Juan Inés de la Cruz y Premio Biblioteca Breve entre otros muchos reconocimientos internacionales.

Además de los muertos, y de acuerdo con cifras de organismos humanitarios como el Centro Nicaragüense de Derechos Humanos (Cenidh) y la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH), las protestas contra Ortega registran 600 presos políticos hasta el 14 de noviembre –el doble de presos de Nicolás Maduro en Venezuela y en mucho menor tiempo.

A ellos se suman 52 mil exiliados junto a estudiantes, obispos, campesinos, madres, padres e hijos silenciados y perseguidos, acusados arbitrariamente de “terrorismo”.

“Uno se pregunta si es que la semilla de la tiranía y la intolerancia no puede ser erradicada, si es que la humanidad está condenada a vivir ciclos de repetida violencia, si es que de nada sirven las muertes generosas de tantos que han creído que un mundo mejor es posible”, dijo Belli, para responderse: “Pero no me resigno al pesimismo. ¿Qué sería de nosotros si no creyéramos? ¿Qué habría pasado con todos esos que Hermann Kesten ayudó a poner a salvo [del nazismo] si él no hubiese hecho su parte? ¿Cómo estaríamos si Nelson Mandela se hubiese deprimido y claudicado en la cárcel?”.

A punto de cumplir los 70 años, como mencionó en su discurso, la “siempre joven” poeta, nacida en Managua el 9 de diciembre de 1948, reconoció que “me consuelo pensando que, a pesar de este presente, no fue en vano que mi generación luchase por sus convicciones. La historia nos enseña que nunca han faltado los hombres y mujeres que nos salvan de la desesperanza; que, así como hay monstruos que asesinan, nunca faltan quienes luchen por la libertad y la decencia”.

“Por eso –concluyó– en vez de pensar en lo trágico que es ver Nicaragua sumida en esta represión, prefiero celebrar la rebeldía de mis compatriotas, pensar que es herencia de la revolución un pueblo que no tolera más dictaduras. Prefiero pensar que me será dado, con suerte y si dejo de fumar, ver otra revolución que repetirá en vez de aniquilar mi tenaz juventud. (…) Estamos viviendo una época difícil para la humanidad. Lo viejo se resiste a morir e insiste en regresar. Es angustiante ver el populismo triunfar en el Brasil, la xenofobia y los anti-valores lograr votos en Europa, pero este es el peor momento para perder el impulso de cambio y deprimirse. Además de confiar en el futuro, debemos trabajar incansablemente contra esas fuerzas, inspirar a la juventud, no pasarle nuestro escepticismo o nuestra oscura visión del presente”.

La también presidente de Pen Internacional sección Nicaragua, mencionó la labor de denuncia que realiza con su equipo de periodistas y escritores en su país, donde “hemos tratado, sobre todo, de abrir espacios donde no sentirnos solos, donde darnos fuerzas mutuamente y no dejarnos vencer por la feroz represión que sufrimos cada día”.

Por razones de salud, en esta 32 edición de la FIL no estará presente la otra figura emblemática de la cultura y la política de Nicaragua, Ernesto Cardenal, uno de los poetas vivos más importantes de la legua hispanoamericana, quien no obstante será homenajeado por la Feria.

A sus casi 94 años, el compromiso de Cardenal con la democracia y contra las dictaduras –de Somoza antes, de Ortega-Murillo hoy– sigue intacto pese al acoso y las amenazas.

Los tres escritores comparten el mismo dolor y la misma indignación por la sangrienta respuesta del orteguismo a los reclamos de justicia y alternancia en las urnas, y cuando la legendaria bandera rojinegra del sandinismo ha sido convertida en símbolo de la represión.

En otra entrevista reciente, Belli expresó: “Ver a un ex compañero y a su mujer convertirse en dictadores y pasar por encima de toda esa sangre derramada y derramar más sangre, es algo realmente de espanto y muy doloroso”. Y en un verso escrito en Italia, “El relevo”, donde la sorprendió la rebelión juvenil, ella confirma su vocación por la poesía como herramienta movilizadora:

Qué iba a saber

que el país bajo mi piel

tan acomodado en sí mismo y plácido

apenas rumiando su infortunio

saldría de la suspensión animada

de su frustración

a nombrar el tamaño de su rabia

hasta morir acribillados tantos jóvenes.

Y hacia el final del poema:

¿Cuántos tiranos alcanzan en una vida?

¿Repetirá éste el desatino del otro?

Nunca vuelvan a preguntarme si fue en vano la Revolución.

Se hereda el ardor contra los tiranos

los muchachos nacieron con escuela

llevan la sabiduría en la sangre.