En reciente declaración, Andrés Manuel López Obrador afirmó que su mensaje de toma de posesión sería su primer informe de gobierno. Para nadie es un secreto que desde hace meses despacha en una vieja casona de la colonia Roma, en calidad de titular de la administración pública federal. Los tiempos han sido agitados y los temas polémicos, por lo que resulta conveniente una explicación de su parte, qué bueno que así lo entiende.

Por su parte, lo legisladores de Morena en el Congreso no se quedan atrás, están conscientes de que en la medida en que se acerca la toma de posesión comienzan a sentirse las presiones para tener listas, aprobadas, publicadas y en vigor las reformas de ley necesarias para dar cabida a los cambios anunciados.

Tal situación los obliga a trabajar a marchas forzadas, pues este mes de noviembre tendrán que sacar las leyes que permiten la creación de la nueva Secretaría de Seguridad y la Ley Orgánica de la Fiscalía General de la República que da paso a la designación del primer fiscal, entre otros ordenamientos de no menor importancia.

La construcción de los cuadernos legales tiene un alto grado de complejidad, tanto por la materia que abordan como las responsabilidades que implican las funciones en el rubro, así como el diseño, reglas de operación, recursos presupuestales, labores de coordinación y muchos otros aspectos relevantes, de carácter técnico.
Regularmente, previo a la discusión para aprobar leyes o acciones de esa relevancia, se abrían foros de consulta, se escuchaba a los interesados, se veían diversos puntos de vista y hasta se realizaban ejercicios de derecho comparado y experiencias internacionales, lo que permitía una mejor calidad en los debates y mayor consistencia en la elaboración de las leyes.

Ahora los tiempos ya ganaron, en ese entendido, damos por sentado que lo harán a su manera, pues el poco tiempo del que disponen los limita en la apertura de consultas y foros, han dejado correr los días y ahora la premura apremia, únicamente les queda el fast track haciendo uso de su mayoría parlamentaria.

Van a continuar dando prioridad a decisiones políticas sobre cuestiones técnicas, circunstancia que me parece un verdadero despropósito, dejar correr los tiempos para justificar la necesidad de un procedimiento parlamentario bajo los parámetros del fast track, va a ocasionar el debilitamiento de instituciones democráticas como el Congreso, elaboración de textos sin consensos y, lo que es peor, el inminente riesgo de ordenamientos parciales que al tiempo resultan dañinos.

En fin, no creo que les importe mucho, lo importante es cumplir el compromiso con su jefe, el resto por lo visto, sale sobrando.