A mediados del siglo pasado comenzó a popularizarse el plástico, un material muy maleable, como su nombre lo indica, que poco a poco se incorporó a las actividades humanas, ya que prácticamente está presente en todo lo que tocamos, tanto en las urbes como en los lugares más apartados de los grandes núcleos de población.

Era un producto de usar y desechar, que parecía no tendría ningún problema. Pero los plásticos tienen una larga vida y pocos de ellos pueden reciclarse, así que ha ido a parar a los tiraderos de basura y, en un intrincado camino, al mar.

 

El circuito del plástico

Bolsas de plástico, juguetes, empaques, envases y muchos otros productos de uso cotidiano van a los botes de basura, posteriormente a tiraderos y finalmente cada año se vierten al mar ocho millones de toneladas de plástico, en promedio, desde los 192 países del mundo que tienen costa.

Según datos de Naciones Unidas, en los últimos 50 años la producción de plástico se ha multiplicado por 20, y mucha de esa producción termina en el mar. Actualmente se han detectado cinco islas de basura en los océanos, dos en el Pacífico, dos en el Atlántico y una en el Índico.

Se considera que de seguir el ritmo de producción actual, en 2050 se cuadriplicará. A la fecha se estima se han producido 8.3 mil millones de toneladas de plástico desde principios de los años 50 del siglo pasado; de los cuales 60 por ciento ha terminado en vertederos o en lugares a cielo abierto, y solamente nueve por ciento de esos plásticos es reciclado.

China es el principal fabricante de plástico, le sigue Europa, Norteamérica y Asia. Por su parte, en África hay más países donde está prohibido el empleo de bolsas de plástico; en algunos países asiáticos se han gravado esos productos con medianos resultados. Donde sí ha habido éxito es en Japón, donde además de que se tiene una buena recolección de residuos, se cuenta con una elevada conciencia social, de tal forma que se ha reducido el uso de bolsas de plástico.

El problema no reside únicamente a la contaminación de la Tierra que, simbólicamente, podría quedar forrada de plástico dentro de 30 años, sino que puede producir graves daños al ecosistema. Algunos estudios se centran en determinar la forma en que se degradan hasta microplásticos, de menos de cinco micras de diámetro (una micra es la milésima parte de un milímetro), que llegan a los animales marinos.

De acuerdo con datos de la FAO (Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura), poco más de 800 especies de moluscos, crustáceos y peces han consumido plástico; también se estima que 90 por ciento de las aves marinas tienen fragmentos de plástico en el estómago. En general, la mayoría del plástico consumido por esos animales se ha encontrado en el intestino, pero partículas más pequeñas pueden llegar a la circulación sanguínea y alcanzar el hígado. Y en humanos… también.

 

Toma cartas la Unión Europea

Ese largo camino del plástico parece cerrarse al llegar otra vez a su fabricante, el ser humano. Los especialistas planteaban que solo era cuestión de tiempo para que se completara el circuito, pues tarde o temprano llegarían a la mesa platillo preparados con animales marinos consumidores de plástico.

En el Congreso de Gastroenterología de la Unión Europea, celebrado en Viena a finales de octubre, el gastroenterólogo y hepatólogo Philipp Schwabl, de la Universidad Médica de Viena, dio a conocer el primer estudio que confirma que los plásticos también llegan a los intestinos humanos.

Ocho voluntarios de Reino Unido, Italia, Rusia, Japón, Finlandia, Polonia, Países Bajos y Austria durante una semana comieron y bebieron lo habitual, pero llevaron un registro de lo que consumieron, si era fresco o envasado. Posteriormente, se tomaron muestras de sus heces, en que se encontraron principalmente partículas de propileno, con que se fabrican envases de leches y jugos; y de PET, del que están hechas la mayoría de las botellas de plástico. En promedio se encontraron 20 microplásticos por cada diez gramos de materia fecal.

Ante todos estos datos sobre la contaminación mundial por plásticos, 250 organizaciones, entre las que están los mayores productores de empaques plásticos en el mundo, firmaron el 29 de octubre el Compromiso Global por la Nueva Economía de los Plásticos, durante la Conferencia Nuestro Océano, celebrada en Bali, Indonesia.

Entre los compromisos contraídos, se encuentra “eliminar los empaques plásticos problemáticos o innecesarios y sustituir los modelos de empaques desechables con otros reutilizables”. De esta manera, se reforzarán las campañas de utilización racional del plástico, un producto que mejoró nuestra vida, pero que ahora la puede poner en peligro.

@RenAnaya2

f/René Anaya Periodista Científico

reneanayas@yahoo.com.mx