Dr. Armando Ramírez Ramírez

Recientemente, el secretario de Salud, José Narro Robles, participó en sendas reuniones de trabajo: a XXI Reunión Ordinaria del Consejo Nacional de Salud, que se llevó a cabo en Campeche, y su comparecencia ante la Comisión de Salud de la Cámara de Diputados, en donde fue categórico al señalar que nuestro sistema nacional de salud enfrenta un gran desafío: ser más efectivo en la detección temprana y la lucha contra el cáncer.

Ante los legisladores, hizo notar que de acuerdo con el INEGI es la tercera causa de muerte en nuestro país, con más de 80 mil defunciones en 2016, y según Globocan, en 2018 esperamos 190 mil nuevos casos y alrededor de 83 mil defunciones.

En la Cámara de Diputados reconoció que los retos son numerosos, por lo que conviene fortalecer el sistema de detección oportuna para diagnosticar el cáncer en etapas tempranas. Unas semanas antes, al reunirse con los secretarios estatales de Salud del país, hizo notar que durante el sexenio que está por concluir se realizaron 12 millones de mastografías.

En ambas reuniones resaltó que se trabaja para lograr la cobertura total a las mujeres en riesgo de padecer el cáncer de mama. Así, al incrementarse el número de mastografías aumentará la detección de la enfermedad de manera oportuna.

Como puede verse, amables lectores de la Revista Siempre!, la lucha contra el cáncer es formidable, y para enfrentarlo debemos reconocer que requerimos de un Plan Nacional Contra el Cáncer, que tome en cuenta todos los niveles de prevención para disminuir los factores de riesgo, que favorezca la detección oportuna, y el tratamiento multidisciplinario y personalizado para cada paciente.

De entrada, debemos reconocer que, cuando nuestro Sistema Nacional de Salud funciona como una maquinaria coordinada, hemos alcanzado resultados espectaculares, que nos han permitido, por ejemplo, la erradicación de enfermedades como la poliomielitis y el sarampión, que si en décadas pasadas fueron una pandemia, actualmente están controladas.

Hoy, el reto es enfrentar el cáncer, la segunda causa de mortalidad en el mundo, solo detrás de las enfermedades cardiovasculares. En 2012 se registraron 14 millones de nuevos casos y se estima que el número aumente en 70 por ciento en los próximos 20 años.

Nuestro país no es la excepción y se reconoce que se trata de un problema de salud pública con múltiples y complejas aristas. Es una enfermedad que causa 14.7 por ciento de las muertes de mujeres y el 11.2 por ciento de los hombres.

Tenemos que acortar los tiempos de espera entre la presentación de síntomas, el diagnóstico y el inicio de tratamiento. Sin embargo, lo cierto es que estamos llegando tarde al diagnóstico. No hemos logrado que la gente acuda a realizarse revisiones tempranas. Por esta falta de previsión y detección temprana del cáncer, transcurren entre 140 y 160 días entre la presentación de síntomas y el inicio del tratamiento.

El cáncer ya no es un sinónimo de muerte, pero debemos avanzar en la detección oportuna y brindar un tratamiento adecuado. Deben redoblarse los esfuerzos para que mujeres y  hombres acudan a revisión médica periódica. Debemos hacer que las mujeres se realicen estudios de mastografía a partir de los 40 años y que los hombres se lleven a cabo la prueba de antígeno prostático específico a partir de los 50 años.

Sí, tiene razón el secretario José Narro cuando señala que debemos ser más efectivos en la lucha contra el cáncer. Sin embargo, la responsabilidad es de todo el conjunto social. La detección a tiempo puede hacer la diferencia entre vivir o morir por este mal.

El autor es jefe del Servicio de Oncología del Hospital Juárez de México.