Donald Trump parece estar tratando de sembrar sintonía con China antes del comienzo de la cumbre del G20, que se celebrará este fin de semana en Buenos Aires. Este martes ha deslizado que tiene optimismo sobre la posibilidad de frenar la guerra comercial con el gigante asiático, llegando a mencionar la opción de arribar a un pacto en este sentido con el presidente chino Xi Jinping. Al parecer, en la agenda del magnate estaría avanzar ese acuerdo en Argentina.

El encargado de publicar este testimonio del presidente de Estados Unidos ha sido el principal asesor económico de Trump, Larry Kudlow. Lo ha hecho en una rueda de prensa celebrada en la Casa Blanca y en la que ha esclarecido que “en su opinión, hay buenas opciones de que se pueda llegar a un acuerdo, y él está abierto a eso”. Además, ha avanzado que los dos líderes de las potencias globales cuentan con la previsión de mantener una “cena de trabajo” junto a sus respectivos equipos, si bien no se ha especificado la fecha.

Al parecer, el titular del Despacho Oval reclamará a China que cumpla “ciertas condiciones” con el fin de garantizar que el comercio bilateral es “justo y recíproco”. “Por ejemplo, deben resolverse los problemas del robo de propiedad intelectual, de transferencias forzadas de tecnología, de las barreras aduaneras y no aduaneras. El presidente reiterará probablemente su opinión. Queremos un mundo, idealmente, de cero aranceles, cero barreras no aduaneras y cero subsidios“, relató Kudlow.

El funcionario, asimismo, sacó pecho de la buena salud de Estados Unidos. “Está en muy buena forma”, sintetizó antes de proclamar que este estatus impactará en la mejora de la capacidad negociadora de Trump con respecto a su charla con Jinping. “La mayoría de los observadores creen que China está en una plena caída, mientras que Estados Unidos llega a esta cumbre en una postura muy fuerte y sólida”, defendió el asesor y mano derecha del presidente americano.

El problema es que este relato no acaba de resultar coherente con las últimas declaraciones ofrecidas a un medio de comunicación por su jefe. En una entrevista que ha publicado este martes el diario The Wall Street Journal, Trump ha considerado que es “altamente improbable” que postergue la subida de aranceles al 25% para bienes por valor de 200.000 millones de dólares importados de China. Aunque esta es una de las exigencias clave de Pekín.

Y es que en el pasado septiembre el Ejecutivo estadounidense acordó imponer un arancel del 10% a 200.000 millones de dólares de importaciones chinas, que ascenderá al 25% en enero de 2019 si no se llega a un acuerdo con a nación asiática. Y Trump también ha amenazado con gravar bienes por otros 267.000 millones de dólares. Como respuesta, China ha aplicado medidas recíprocas a más de 60.000 millones de dólares en importaciones del país norteamericano.

Por otro lado, el mandatario volvió a arremeter contra la Reserva Federal (Fed). Lo hizo en una entrevista concedida al diario The Washington Post en la que ha dejado el siguiente titular: “Creo que la Fed es un problema mucho mayor que China“. Porque, ha defendido, el gigante asiático “tiene muchas ganas de llegar a un acuerdo” con él para rebajar la tensión comercial. “Estoy haciendo acuerdos (comerciales) y en la Fed no están actuando en consecuencia. Están cometiendo un error, porque yo tengo un instinto, y a veces mi instinto me dice más que lo que puede decirme jamás el cerebro de cualquier otra persona”, analizó0.

Y afirmó en esa charla que no está preocupado por la posibilidad de una recesión en Estados Unidos, ya que sus “acuerdos comerciales” conllevarán un buen efecto en la economía. Eso sí, clarificó que se arrepiente de haber nominado este año a Jay Powell para regir la Fed. “Por ahora, no estoy ni un poco contento con mi selección de Jay. Ni un poco. Y no culpo a nadie, pero creo que la Fed está muy equivocada con lo que están haciendo”, zanjó. Estas críticas a la Fed han han sorprendido en los círculos económicos y financieros de EE.UU., pues rompen con el tradicional respeto de todos los gobiernos estadounidenses a la independencia del banco central.