Antes de iniciar el tema, quiero desear a la directora de nuestra afamada revista Siempre!, la licenciada Beatriz Pagés, a su equipo que hace posible que semana a semana salga la publicación a circulación nacional y a todos los lectores que nos favorecen con su atención una muy feliz Navidad y que el año entrante sea colmado, antes que nada, de salud y prosperidad. Aprovechar estos días para replantear metas y analizar lo que se hizo bien y lo que se hizo mal. Pero más que nada, para estrechar los lazos de unión con nuestros familiares y amigos y darnos la oportunidad de demostrarles con sinceridad el amor que sentimos por ellos, pues de esa manera lo haremos extensivo a toda la sociedad a la que pertenecemos.

Entremos en materia. Un estudio realizado por la plataforma de análisis Sin Tráfico arrojó información muy importante sobre la utilización de la bicicleta como medio alternativo de transporte en las grandes ciudades donde el tráfico y la movilidad se han convertido en uno de los mayores retos para las autoridades y en un verdadero dolor de cabeza y obstáculo cotidiano para millones de personas que diariamente se desplazan para llegar a sus destinos, atiborrando materialmente los medios de transporte público y provocando gigantescos embotellamientos al utilizar el auto particular.

Pues bien, el mencionado análisis, realizado en Ciudad de México entre marzo y octubre de 2018, indica que, aparte de que la bicicleta está a la cabeza como medio anticontaminante, las personas que lo utilizan pueden ahorrar, en promedio, entre 5 mil y 70 mil pesos anuales, en comparación con utilizar un auto para su transporte. Los especialistas que levantaron este estudio basan este dictamen en la estimación de que el costo anual por tener un vehículo es de 35 mil pesos por año, sin contar, si ese fuera el caso, con el pago de un crédito automotriz, o de una cuota mensual de arrendamiento, lo que fácilmente duplicaría esa cifra.

De ahí que utilizar la bicicleta ayuda a reducir gastos que en el caso de un carro, se destinarían a la verificación, tenencia, seguro, mantenimiento y servicios y, por supuesto, gasolina cuyo costo siempre es al alza.

Tal vez por ello, las últimas estadísticas sobre movilidad en Ciudad de México indican que la bicicleta está creciendo en la preferencia de más mexicanos como medio individual de transporte. En los meses que abarcó el estudio de la plataforma Sin Tráfico se comprueba que entre marzo y octubre de 2018 los capitalinos que se transportaron en bicicleta se desplazaron 12 por ciento más rápido que los autos en las horas pico y ayudaron a mitigar la generación de 30 toneladas de dióxido de carbono en sus traslados.

Sin embargo, para que la bicicleta se convierta en una verdadera alternativa mayoritaria para desplazarse en las grandes urbes, como Ciudad de México, hace falta mayor regulación para favorecer este tipo de transporte, a través de ampliar las ciclovías e impedir que sean invadidas por otro tipo de vehículos. Asimismo, que los automovilistas y choferes del transporte de carga y público respeten a los ciclistas para evitar atropellamientos que muchas veces son fatales.

Solo como un ejemplo de la exposición a accidentes de los ciclistas en la ciudad, la Secretaría de Seguridad Pública (SSP) recientemente informó que en 2015 se registraron 102 ciclistas lesionados en hechos viales; en 2016, 302 casos y, en 2017, 335 víctimas por accidentes con automovilistas. Como vemos, las cifras de accidentes contra ciclistas van en crecimiento año con año. Entonces, hay que darles a las personas que utilizan la bicicleta para su desplazamiento las mejores condiciones para su seguridad.

Secretario general del Partido Verde Ecologista en la Ciudad de México.