Con una discreción evidente, y después de una serie de fracasos a los ojos de la crítica especializada (con el punto más bajo en su reflexión sobre el suicidio y el renacimiento en Mar de árboles), el ganador de la Palma de Oro en Cannes, Gus Van Sant, vuelve a los cines con la biopic No te preocupes, no irá lejos.

Esta vez el director de Milk y Mente indomable acierta al presentar la vida de John Callahan, un polémico caricaturista que hace sus viñetas, repletas de humor negro, una vía de escape a su propia tragedia: a los 21 años, luego de una noche de farras, tuvo un accidente automovilístico que lo dejó parapléjico, condenado a una silla de ruedas, con una depresión severa y sin poder escapar de su alcoholismo.

Como puede esperarse de una biografía llevada al cine, y que encima cuenta con estos elementos de autodestrucción, el filme de Van Sant apunta hacia la superación del dibujante. Para ello, contará con el apoyo de la terapeuta Annu, mujer de quien se enamora, y de un extraño gurú contra las adicciones.

¿Qué hace diferente a No te preocupes, no irá lejos, de otras cintas de temáticas similares? Sobre todo, las sutilezas en el tratamiento de los personajes, fortalecidas por las grandes interpretaciones de los actores que los personifican.

En primer lugar, hay que hablar de la gran actuación del protagonista, Joaquin Phoenix, quien, si lo necesitara, se reafirma como uno de los actores más sólidos de los últimos años, y que tuvo además un año inspirado con su actuación en por lo menos otro par de cintas: The Sisters Brothers y Nunca estarás a salvo.

Phoenix da a Callahan la personalidad que el caricaturista hubiese querido ver en pantallas, -hace años este proyecto estuvo por ser filmado con Robin Williams como protagónico: un parapléjico cabrón y adicto, presa de sus demonios, que no tiene empacho en culpar de sus desgracias a los demás. Pero además, un tipo sensible, con un humor furioso y una dignidad a prueba de todo.

Su contraparte, el millonario y seductor guía espiritual de los adictos, personificado por Jonah Hill, resulta el dúo perfecto de un Callaham que no llega lejos, no por que no pueda andar, sino porque se estorba a sí mismo.

Pero los aspectos existenciales rebasan la simple superación personal de best seller. La curación nunca es completa, e incluso a veces es imposible. Aún así, el camino puede estar lleno de humor y valentía.

Como una nota al margen ineludible, nos enfrentamos a una reflexión en torno a lo políticamente correcto que en no pocas ocasiones revictimiza a las víctimas, negándoles la voz y tratando de hablar por ellas, lo mismo da si se trata de discapacitados, mujeres, negros, o cualquier otro grupo vulnerable. El caricaturista, que murió en 2010, tuvo que lidiar con centenares de críticas y voces de censura contra su obra, siempre lista a burlarse, sobre todo, de sí mismo.

Permanencia voluntaria: La maestra de Kinder

Continúa en carteleras La maestra de kinder, remake del aclamado film israelí del mismo nombre. Lisa Spinelli es una profesora de Staten Island que descubre que uno de sus estudiantes es un niño prodigio. Al tratar de impulsarlo, acabará  su vida familiar y su libertad por el niño, y por ella misma.