Aunque como todo el arte, el cine puede abordar los más distintos tópicos, existen subgéneros en los que la producción fílmica, aunque es basta, suele poseer una calidad evidentemente pobre. Eso pasa con las películas navideñas, representadas, por lo general, por comedias reiterativas cuyo leitmotiv es la unión familiar o, en todo caso, por capítulos especiales de las series más exitosas (Doctor Who, Sense8, Black Mirror, entre otras).

Otras películas se deciden por tratar la Navidad sólo como un marco contextual que, sin embargo, no pierde importancia para desarrollar tramas con temáticas que van más allá de las fiestas de fin de año, y así darle valor a lo humano sobre la moral decembrina. En este grupo se encuentra Tangerine, cinta dirigida por el joven y a estas alturas experimentado Sean Baker.

Unas horas antes de nochebuena, una prostituta transgénero, Sin-Dee Rella, es liberada de la prisión donde permaneció un mes por portar drogas. Mientras platica con su mejor amiga, Alexandra, se entera que su novio y proxeneta, ha estado engañándola con una mujer cis. Así comenzará una atípica jornada en la que Sin-Dee buscará encontrar la verdad y defender “lo suyo”.

Esta trama, en apariencia sencilla, será una ventana para asomarnos por un par de horas a las vidas de personas tan comunes como negadas por la cultura predominante de los Estados Unidos: prostitutas transexuales, inmigrantes que no terminan por encajar en el sueño americano, hombres que desde el closet buscan servicios sexuales a plena luz del día, dealers que mueven mercancía desde establecimientos de comida rápida, etcétera.

Pero este mundo cutre es retratado con humanidad y empatía por Baker quien, sin justificar ni por un segundo a sus personajes, evita juzgar sus vidas, por más sórdidas que sean.

Además de lo anterior, el director que después entregaría Proyecto Florida (2017), hace uso de un poderoso sentido del humor contenido en los diálogos, pero también en la música y en un interesante lenguaje visual que deambula entre el videoclip, las convenciones de la televisión y la mejor cinematografía.

En este momento vale la pena comentar que Tangerine fue filmada únicamente con tres Iphone 5, lo que además la convierte en un hito del uso de la tecnología en el cine.

Sin embargo lo anterior es solo una nota al pie de una historia encantadora y cotidiana, que aunque sucede en un espacio bien definido, no es lejana de la vida que tenemos cerca y evitamos ver, sobre todo quienes vivimos en las grandes ciudades.

Una buena opción para disfrutar de buen cine esta Navidad. Disponible en servicios de streaming como Filminlatino.

Permanencia voluntaria: Una Navidad con los Muppets 

Dentro de las múltiples adaptaciones del Cuento de Navidad de Charles Dickens, se encuentra, entre las más destacadas, la que Brian Henson realizó con los Muppets de protagonistas. Tal vez se deba a la relevancia que los muñecos han tomado en la cultura popular.

La versión, a más de 25 años de su estreno, puede disfrutarse a través de Netflix.