Por Jorge Pato García

 

[su_dropcap style=”flat” size=”5″]D[/su_dropcap]ennis Lehane (Dorchester, Boston, Massachusetts, 1966) se ha convertido en uno de esos autores de thrillers cuya forma se acrecienta con cada novela que publica. Mystic River y Shutter Island le afianzaron en este género literario. Y es ahora con Después de la caída, cuando logra además sorprendernos por cambiar a los protagonistas masculinos habituales en sus libros por una protagonista femenina.

Rachel es quien lleva el peso de este relato. Es más desde el comienzo se crea una incógnita sobre su persona, y, así, nada más leer el primer párrafo queremos saber por qué mató a su marido, lo que será una de las vías principales de desarrollo de esta apasionante historia.

Ella había superado una infancia difícil, una infancia marcada por la ausencia de su padre, no fruto de ninguna desgracia sino del desconocimiento de quién era. Con éxito en su profesión de periodista, se traslada Haití para cubrir una catástrofe humanitaria, y es allí donde su vida da un giro brusco: en medio del directo sufre una crisis de ansiedad lo que acaba tanto con su carrera como con su estabilidad emocional. A partir de ese momento la agorafobia y los ataques nerviosos serán una constante en su vida, que lastran el poder vivir de una forma medianamente normal. Es en medio de esa vorágine de sensaciones negativas cuando aparece Brian, como ese rayo de luz que atraviesa las nubes en medio de una tormenta y que ofrece esperanza de que esta vaya a acabar.

Parece que tras ese encuentro empieza a reponerse, pero se le planteará una encrucijada en la cual Rachel tendrá que tomar importantes decisiones. Por no hablar de la tensión que le genera el ver cómo en ocasiones la mente le está jugando malas pasadas o si es la propia realidad la que percibe.

Dennis Lehane vuelve a recrearse con nuestros sentimientos, con nuestras ganas de saber y con la empatía con los personajes, ya que una de sus principales características es que todos ellos se encuentran perfectamente perfilados. El lector tiende a sentirlos como cercanos, lo cual hace que todos los elementos de un thriller, que Lehane maneja con soltura, sean mucho más intensos.

Con Después de la caída, tenemos la oportunidad de volver a disfrutar de toda la espiral de sensaciones que suele despertarnos la narrativa de Lehane, añadiendo un toque emotivo que nos descubre una nueva faceta en su obra.